miércoles, febrero 11, 2009

Tiempos modernos

.- Sentado en el inmenso espacio rodeado de mesas se detuvo un segundo y sintió ganas de abrazar al compañero de al lado. No lo hizo. A cambio se fue hasta la máquina de café y se sacó un cortado, que en el fondo ni es cortado, ni es café.

.- Despertó y se dio cuenta que en ese instante dudaba mas que por la noche. Ya no lo tenía tan claro, sin embargo, había un problema y no conocía las armas para solucionarlo.

.- Se desvió hacia una carretera secundaria. En la radio sonaba un grupo relativamente malo. Tuvo ganas de bajarse del coche y dejar, para siempre, su trabajo. No lo hizo y jamás lo hará, pero cada mañana lo piensa. Dejar el coche en medio de la nada.

.- Miró por la ventana, los vecinos salían a trabajar. Sintió distancia y cierta culpa. La mañana se extendía eterna ante ella. Pasaba otro coche por la calle, gente en movimiento y parecía como si a todo ese movimiento no estuviera invitada.

.- No se mira al espejo. Tiene menos pelo y ha perdido cierto resplandor en la piel. Con lo cual ha decidido caminar en dirección contraria. Evidentemente sabe que no lo logrará, pero lo sabe en una capa inferior, no consciente. De esto se dará cuenta pasados unos años.


.- Escribe un mail que borra. Se levanta y toma café. Sale y se fuma un cigarro. Vuelve, escribe otro mail que borra. Se levanta, toma Nestea. Sale y se fuma un cigarro. Vuelve, escribe un mail que borra....


. En el fondo, y lo sabe, es la historia de siempre. La del colegio, la del instituto, la del primer novio, la de aquel viaje. Es primario y casi, esto no lo sabe, el motor de su vida. Sentir que los demás, nunca, valoran lo que hace. Sentirse despreciada.


.- En el fondo piensa, con una alegría impuesta a golpes, que su vida es como un libro o una película ciertamente surreal y divertida, llena de historias, sin embargo, siempre, siempre que se la mire, se está acariciando el vientre. Cada vez que se sienta, en el cine, en el bus, en el miedo. Aún así: antes muerta que no alegre.

.- Huye, de nuevo huye. Ante todo buena cara y que no piensen mal de uno

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuantas vidas y cuantas historias particulares resumidas en un post...ahí pude verme. Estoy ahí, en la ventana, mirando. Mañana salgo y seré yo quien tome uno de esos coches mientras alguien me vea desde su ventana sientiéndose culpable, y yo la envidiaré secretamente, y extrañaré estos días en los que no hacer nada me atormentaba tanto.

C.L.

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