viernes, febrero 06, 2009

No se culpe al iPod

Para M

Las cosas evolucionan, Algunas bien, otras mejor, algunas fatal y otras, muchas, quedan estáticas en el tiempo. Su evolución o no existe o por mínima es inapreciable. Luego, claro, entra lo que cada uno considera evolución. Un asunto complejo e incluso polémico, pero en cualquier caso, aquellos viejos y románticos Walkman pasaron de ser un cacharro donde entraba una cinta que tenías que escuchar obsesivamente a llevar en un aparato tantos discos cómo jamás vas a escuchar. Aquella pobre cinta que dejaba sus días dando vueltas y vueltas entre los cabezales maltratados dio paso a un montón de archivos que giran o bien por elección del oyente o bien aleatoriamente en los oídos de ese melómano.

Lo curioso de todo esto es que el metro tiene mucho de experimento musical. En el mismo vagón puede estar sonando David Bisbal a menos de medio metro de Deerhunter o Beyonce a excasos centímetros de Architecture in Helsinki. Son las caras de esta realidad inabarcable. El vagón se convierte en un universo de gustos musicales casi irreconciliables, pero sin necesidad de convivir juntos. Es decir, Beyonce esta pegadísimo a Deerhunter, pero van en realidades separadas o en auriculares separados, que viene a ser lo mismo. Sin embargo ayer sucedió algo insólito, increíble, mágico. Entré en el vagón. Ya era tarde o lo suficientemente tarde para que puedas escoger algún asiento, pero no tanto como para que aún vaya gente en el vagón. En el instante que entré en mi iPod saltó "Derek". Creo que Animal Collective es el grupo que mas veces ha sonado en mi iPod en los dos últimos años y "Derek" tiene algo de himno ya. Según entré saltaba esa intro, esa sensación profunda, ese canto lejano. Esa percusión repetitiva, esa guitarra y esa voz que parece que viene del medio de la selva o del medio del inconsciente. De fondo esas capas y de repente, rompe, rompe esa percusión enloquecida, profunda y obsesiva. La voz pasa al rito y es casi imposible sostener los dos pies en el suelo. Entonces se te mueven solos, van, se desplazan por el suelo. SIn querer, ajeno a mi decisión, el cuerpo se levanta y muevo las dos piernas, los pies van uno trás otro por todo el vagón. La sorpresa es descubrir que no solo yo escucho Derek sino que por un azar inconcebible los diez u once pasajeros que vamos en el vagón estamos escuchando la misma canción, a la vez, sincronizados por un mago oculto, por un Dj que bien podría ser Dj azar. Entonces comienza el deliro en el vagón, yo estoy bailando esa percusión y ese ritmo de Derek pero los otros pasajeros también. Hacemos un corro de palmas cerca de la puerta de salida. Nos enganchamos en el mítico trencito, unos tras otros, moviendonos como una tribu que va a tomar la ciudad desde las entrañas del metro, el vagón se nos queda corto cuando el tren se detiene en la estación, sin hablarlo pero sabiendo que todos estamos de acuerdo, salimos al anden con nuestro hermoso tren formado, piernas van, las caderas que se agitan como licuadoras, todos dando palmas a la vez, con una sincronía de lujo. Suena Derek y los pasajeros nos movemos en acompasada coreografía. Termina la canción, hay tanta magia que nadie duda de que en cada iPod la siguiente canción será también la misma y seguirá nuestra tribu deambulando por los tuneles, subiendo a las calles, tomando las plazas, pero no. No sucede. A mi me salta Dengue Fever y miro, veo diferentes reacciones. En menos de dos o tres segundos descubrimos que cada iPod, como debería ser desde el principio, reproduce una canción diferente al del otro. . Nos miramos, somos desconocidos, nos vamos desperdigando. Algunos esperan el siguiente metro, porque en el que ibamos cerró sus puertas en medio de Derek y se fue, otros salen del anden hacia la calle, y se acaba, se acaba para siempre el "grupo de danza linea 5".





PS: ¡¡¡Feliz cumpleaños!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bravo! Mientras leía iba acomplándome a la coreografía, y no se si fue calculado, pero la narración iba en perfecta sincronía con la música que había puesto de fondo.

Eres un gran tipo, Head & Shoulders.


C.L.

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