lunes, julio 30, 2007

Glosoli

Miré hacía abajo y traté de recorrer con la vista esas calles, todas esas calles de los dias de atrás, traté de adivinar donde estaba la casa donde me había quedado esos dias, ví la montaña que se reducía mientras despegábamos, reconocí esa parte del rio donde estuvimos tantos aquella noche de calor y pensé y traté de imaginar cuanto tiempo tardaría en volver. Luego ví que la ciudad era cada vez mas pequeña, mas lejana y nos metiamos en un montón de nubes y me puse a escuchar música. Me sentí algo extraño, ciertas ganas de lanzarme desde el avión y sobrevolar la ciudad, atravesar esas nubes y retroceder esos minutos de vuelo que ya llevabamos, me hubiera gustado volar pero esas cosas no suceden, si tan solo pudieramos hacerlo te aseguro que hubiera saltado y hubiera vuelto, hubiera tratado de adivinar desde arriba cual era tu calle, tu casa, pero nada, miré desde la ventanilla y ya ni se veía ni las luces lejanas de la ciudad, se veía la montaña pequeña como en una maqueta y otros pueblos y otros rios y otras nubes y carreteras que parecían venas vistas con un microscopio con coches que iban y venian y vi el mar y el cielo y sentí que tenía un nudo en la gargante. Luego, mientras atravesavamos otras ciudades y otras nubes, me hice planes que jamás cumplí, me prometí volver al año siguiente, pero el tiempo no va tan rápido como dicen y al año siguiente ya habían pasado tantas cosas que no recordé mi promesa de volver y aquel dolor, ni aquellas ganas de saltar. O quizá me acordé y descubrí que ya era tarde. El caso es me hice esa promesa y me la repetí varias veces hasta que anunciaron que ibamos a aterrizar y sentí bastantes pocas ganas de volver a lo de siempre y seguía con el nudo en la garganta. Y me bajé y caminé hasta que ví un telefono y te llamé y se cortaba todo el rato por que las cabinas son una puta mierda y me dieron ganas de montarme en un avión entre las maletas, esas cosas que siempre piensas y jamás, por supuesto, las haces. Y salí y estaba mi madre con mi hermana y me dieron dos besos y me cosieron a preguntas y quedé con estos esa noche y les conté y me emborraché y volví bien pedo a casa y cogí el teléfono y te llamé y cogió tu madre y colgué. Y me dormí, y amaneció y se acabó el verano y llegó el otoño y....

http://youtube.com/watch?v=okLCurB1lJw

domingo, julio 29, 2007

Tinariwen

Soñé Tinariwen. No se realmente como fue que soñé, como era aquello que ví, pero estuve allí y fue tremendo. Creo recordar que soñé una calle en una ciudad desconocida, una puerta, un patio. Soñe que luego no estaba ahí. Tenía sed y no encontraba agua, caminé por calles con gente. Salí de aquella población, encontré un riachuelo, bebí. Me senté al lado del riachuelo y dormí, dormí relajado por el sonido lento y constante del agua contra la piedra. En el sueño soñaba que dormía y que en el sueño de mi sueño era otro. Soñaba que soñaba al lado del rio y que en el sueño doble todo se mezclaba. Soñé que despertaba de nuevo al lado del riachuelo y que volvía a beber. Seguí caminando por una carretera estrecha y desdibujada. Avanzaba sin dirección pero tranquilo y sin prisas, no hay prisa cuando no hay destino o cuando el camino en si mismo es el destino. Ví a unos tipos a lo lejos, tocaban la guitarra y coreaban al ritmo de una percusión demoledora, tremenda. Soñé que veía a los tipos de Tinariwen ensayando en medio de esa carretera, sin nadie cerca, me unía a ellos. Sonaba Oulahila ar tersninam. Sonaba mis manos con fuerza ante la potencia de aquella apoteosis sonora. seguí caminando con ellos, tocaban en el camino, la carretera vacia y el planeta en silencio. Así fue que seguí soñando Tinariwen. Caminando perdidos por este mundo o por aquel mundo que soñé.

Soñé Tinariwen y aun no despierto


http://youtube.com/watch?v=AaQpWXa2feU

viernes, julio 27, 2007

Reflexiones

.- La vida en sí es una enfermedad terminal- Dijo el enfermo con dignidad sin dramatismos ni dolor. Casi con humor

.- Es una condena a muerte. Se nace condenado a morir- Arremete el preso cansado y triste de encierro, mirando un trozo de luz que aun se cuela en su celda.

.- Un fogonazo de luz- afirma el ciego

.- La vida es un combate, una pelea a muerte- el que habla es el boxeador

.- Un breve instante en la eternidad- dice el ansioso

.- La vida es una subida- Dice el ciclista- Una subida que hay que hacer sin doping.

.- Un match point- Asegura Nadal

.- La vida... Solo una palabra- Gesticula el mudo

.- Un plató que se hace por primera vez y que jamás se repite- Dice un cocinero

.- Un rollo- dice un adolescente cansado

.- Un juego- argumenta el niño

.- Vida. ¿Que es la vida?- Se pregunta el filósofo

.- Una canción con estribillo potente y con final en fade out- Afirma el músico Pop

.- Una pincelada, evidentemente- Sobra decir quien es

.- Un boceto de novela- Obviaremos también decir quien afirma

.- Un Software pirata- Cualquier usuario

.- 42,2 Km- Dice el Maratonista

.- Y yo que cojones sé- Dice uno que pasaba por la calle y que razón tenía

jueves, julio 26, 2007

Hombre comiendo

Un hombre se sienta en una casa de comidas. El salón amplio repleto de mesas con mantel está medio vacio, hay cinco o seis comensales mas en la extensa sala y un silencio acompañado del sonido ontermitente de los platos y vasos que manejan los camareros desde atrás. El hombre saca una libreta y mientras espera a que le tomen nota escribe una frase: "Escribo que llueve y hace frio hoy que precisamente ni llueve ni hace frio. Escribo que los zapatos están empapados y frios hoy que el sol quema". Se acerca el camarero y por fin ofrece la lista de primeros y segundos. Escoge. Mira a otro comensal solitario. Come y mira hacía la ventana con gesto pasivo y despistado. Vuelve a su cuaderno. Recuerda la fecha y va al mismo día del año anterior, lee esto: " El proposito es ser livianos. Hoy tuve nostalgia de la vida que vivo. Sentí la tristeza que sentiré el dia que ya nada de esto esté". Relee la frase y se sorprende, anota de nuevo: " Escribo por escribir como pinta el niño el suelo, sin mas motivo aparente que el de una especie de descarga electrica. Es un impulso, nada mas. En cuanto a lo escrito, a todo lo que he escrito, es, sobre todo, prescindible". Le traen el primer plato, deja el cuaderno en la mesa, come y piensa en una mujer, evoca con bastante precisión la boca de aquella mujer, el gesto en los ojos, la mano. Sigue comiendo, ahora piensa que ha pensado en la mujer, y se traslada al terreno de los recuerdos mas narrativos. Eso escribió y está escrito hace tiempo en ese cuaderno que ahora está cerrado a su lado. "... hay recuerdos narrativos, aquellos en los que recordamos una situación, un instante que se sucede en el tiempo. Hay recuerdos poeticos, viene, sin mas, una imagen difusa, un gesto, un rasgo, se instala en el presente, lo invade todo, de repente y durante unos segundos, quizá minutos, todo es ese gesto, ese rasgo, todo es la sensación de aquello, no hay mas pero lo es todo".

El hombre come y va pensando. El otro comensal que miró hace un rato se levanta y se va. Nuestro hombre come, termina de comer, bebe café paga y se va. En la mesa se ha quedado el cuaderno entre la servilleta arrugada y la taza de café vacia. El hombre sale a la calle y siente calor. Está, sin embargo escrito en el cuaderno:"Llueve, llueve y espero paciente a que deje de hacerlo"

miércoles, julio 25, 2007

Crónica policial

Cruzaron la puerta, cosieron a balazos a nuestro protagonista y se largaron. Se quedó la puerta abierta y el cuerpo extendido en la moqueta de un salón mas bien pequeño y sucio, en la televisión seguian narrando una etapa de montaña del tour y entraba un sol de justicia por la ventana. Había muerto un hombre, pero nadie lo notaria, era el hombre mas solitario del mundo.

Algunos meses antes nuestro protagonista, cansado de soledad y pobreza, había tratado de dar un giro a su vida, hastiado de trabajar de vigilante en una fabrica de la zona industrial de la ciudad, agotado de monotonías y aburrimientos extenuantes, conoció una noche a una banda de traficantes de órganos. No sabemos o es indescifrable el camino de como llegaron a tratarse, como nuestro protagonista descubrió y fue aceptado por esa mafia terrible, pero ese hombre inocente, movido por la esperanza de una vida mas amena y menos triste se vió involucrado en un extraño secuestro. Aquellas noches en la fábrica donde el tiempo no pasaba se convirtieron entonces en movimientos ajetreados y turbios, las noches se convirtieron en un verdadero campo de acción y el dinero aumentó sin demasiado esfuerzo. Era sencillo, el debía trasladar los cuerpos recien secuestrados en un coche hasta un pueblo donde se realizaban las tareas de "despiece". El viaje era violento y extraño, el secuestrado era introducido en el maletero sedado para minimizar la violencia, el arrancaba por la carretera de salida hacía el su y viajaba unas tres horas en medio de la madrugada. Casi siempre, a mitad del viaje, el secuestrado despertaba y tomaba conciencia de su situación y durante toda esa segunda mitad del viaje los gritos desesperados inundaban con violencia el coche. Nuestro protagonista conducía con precisión, nervios de acero forjados en esas noches de soledades y vacios en esa zona industrial que espantaba hasta a los mas malos. Pero era dificil mantener la calma, una hora y media de gritos de auxilios, de miedo y pánico que venian desde el maletero.

Una noche, una noche como otra cualquiera, un error y un descontrol pueden, sin embargo, acabar con algo que en seguida se había vuelto rutinario. Viajaba nuestro hombre veloz y algo nervioso esa noche específica. Comenzaron los gritos, agitado frenó el coche en medio de la oscuridad de un punto intrascedente de la autopista. Ningún coche a los lados, pero la amenaza de un control policial algunos kilómetros mas adelante. Nuestro hombre abre el maletero y con voz nerviosa y angustiada le dice al secuestrado que corra, que huya, que se largue y olvide para siempre. El secuestrado sale del maletero ayudado por nuestro protagonista, se mantiene a duras penas de pie, mareado y con nauseas pero movido por un brutal e indomable instinto de supervivencia sale corriendo, torpe, hacía la oscuridad de ese campo que se intuye en la noche. Nuestro protagonista arranca el coche y realiza la misma ruta, los mismos gestos, repite cada acto.

La banda es minimizada por la policia, varias detenciones, varios titulares en el periodico. De lo que jamás se hablará, de lo que nunca se sabrá es de ese cadaver o de como nuestro protagonista se convirtió en cadaver.

martes, julio 24, 2007

Trozos de ciudad

Unos tipos hacen flexiones en medio de plaza castilla, estan uno frente a otro y flexionan los brazos a la vez, ambos ascienden y decienden acompasadamente. Estan ausentes, parecen onviar el tráfico y el ruido, ellos están a su ritmo, a su cuerpo.

Un hombre de aspecto oscuro y terrible entra en un bar, hay poca gente, el tipo mira a la chica que hay detrás de la barra y pregunta por el baño con voz de ultratumba. Cierra la puerta, la poca gente que hay se mira. Hay unos cuantos minutos de tensión, la puerta no se abre y todos o casi todos esperan la peor de las soluciones a esa situación. El hombre de aspecto oscuro sale atraviesa el bar sin despedirse y desaparece. La gente se mira y vuelve a su café y a su periódico.

Hay un embotellamiento en la amplia rotonda. Se han quedado varios coches estancados en medio de un flujo que viene desde la derecha. Dentro hay un tipo mayor, abre la ventanilla, y observa con una calma sobrenatural la dimensión del atasco. Sale del coche, deja la puerta abierta y se va andando entre otros coches que pitan e insultan.

Abre la puerta del portal, se cruza con un vecino y saluda. Sigue caminando por la acera, mira el reloj, se detiene. Se da la media vuelta y se lanza a llorar

Hablan de un viaje, de una posible ruta y uno de ellos no está de acuerdo. Se levantan las voces, alto, cada vez mas alto. Hay insultos y la primera agresión.

La chica le dice al chico con la cerveza a medias: " Imagínate que es al reves, que lo que pensamos no lo pensamos si no que nos lo estan diciendo, una voz que tiene el filtro de tu voz. Son otros, desde otro lado, desde otros abismos los que nos dicen. Imaginate que es así, que eso que creo que pienso no lo estoy pensando. Es otro que utiliza mi voz o mi manera de hablarme para hablar por mi".

El niño ve la inmensidad del parque y siente que el balón es el tiempo, lo golpea y observa el movimiento del esférico sobrevolando el cesped humedo del parque. Cae el balón, se agota el tiempo

domingo, julio 22, 2007

Final de Julio

Lo que no saben es que cuando cierro la puerta las cosas no son así. Lo que no sospechan es que me quito la ropa y me miro al espejo y me siento pesado y lento, que me asomo a la ventana y oigo el tráfico al otro lado, por la plaza, y que me tumbo en el sofá y que enciendo la televisión y que no sucede nada. Que tengo el libro entre las manos y no lo leo y que de repente se me cae una lágrima y que lo que afuera son risas y una aparente seguridad se desvanece y me quedó quieto. Entonces fumo y pienso: "Ya no hay vuelta atrás, demasiado tarde, Julio", y pienso que hoy todavia es julio, que soy Julio en julio y que en julio la ciudad se va quedando vacia como este Julio. Y la casa pesa y huele a ese olor viejo y pegadizo que luego arrastro cuando salgo y río y hablo de escritores y poemas y de la idea firme de vivir así, de la filosofía ferrea que hay detrás de todo eso. Estoy aquí, soy este y ya no hay vuelta atrás. No conquiste el cielo a mi que esperé tanta gloria y tanto cielo y esperé el aplauso unanime del colectivo cercano, la admiración por la firme decisión y por mi valor. No hay nada de eso. Lo que no saben es que cuando estoy aquí me miro las canas y los ojos cansados y las carnes que cuelgan y la piel desgastada y sospecho que tampoco era esto. No era lo de ellos, también lo sé, eso siempre lo supe, pero no era esto. Y cierro los ojos y no me duermo. Si supieran que tantas noches la luz apagada y yo aquí dando vueltas por el universo del sofá donde se me viene todo, aquellos otros años y los otros. Si supieran que en el fondo me duele ser este, vivir aquí, para siempre. Que en el fondo todo es miedo y que tantas veces lo negué y tantas veces niego. Y cierro los ojos. Soy Julio en julio y ya llegará agosto.

http://es.youtube.com/watch?v=MwA96dZm6Mw

sábado, julio 21, 2007

La busqueda

No va a suceder, no. No caerá esa luz sobre ti, sobre mi, sobre nosotros. Eso nunca pasa. Nunca tendrás el rayo que todo lo ilumina y que da sentido. No esperes ese instante, ese momento inmaculado, el punto sublime de tu existencia. No sucede. La vida es otra cosa, un caminar despacio, una secuencia de cosas con un orden algo impreciso. No llega eso. No te dirá aquel hombre de barba en medio del desierto la frase que con compacte todo, que lo resuma o que te da la vela. No es aquella mujer que habla suave allí, a miles de kilómetros, la que provocará el relampago salvador. Nada ni nadie tiene el perfume de la existencia en una frase, en un instante colgado en la eternidad. No esperes esa cumbre, la cima. La vida no se explica en diez minutos. Aquí se trata de ir, así, a ritmo desigual, con altibajos en el tempo. Una melodía a veces suave, otras estruendosa, a veces disonante, otras leve y melódica. Se va así, lentamente, de un lado a otro sin notar demasiado donde es que estamos yendo. Eso que tu estas esperando, eso es otra cosa, pero no lo vas a encontrar. No hay momentos totales. Si los hay, en los orgasmos, pero estos nada explican. No hay respuestas. Lo jodido y divertido a la vez es que no las hay. Así que disfrutalo. Haz el amor

viernes, julio 20, 2007

Yo-yo Man

Yo-Yo Man no es un hombre que como el Yo-Yo, tenga la habilidad de lanzarse y justo antes de tocar el suelo recogerse y volver al punto de inicio. Yo-yo Man es un tipo, esto si, con un ego disparado, un tipo con una necesidad desquiciada de tener el foco encima, de sentirse observado e incluso admirado. Yo-yo Man es un tipo que expone su vida con enorme facilidad, creyendo o haciendose creer que a los demás aquello les resulta interesante. Claro de ahí Yo-yo Man, aparte de la repetición de "Yo" como acentuación del ego, "Yo dos veces", la aparición de "Yo" dos veces en su mote, tiene pues algo de sentido, Yo-yo man es dos, o lleva a dos dentro, ese que insistentemente quiere ofrecer al gran público, y el otro, el segundo "Yo", que es el que es, el que no puede ocultar y al que los demás, muy a su pesar, mas termianan viendo. Además el estado anímico de Yo-yo Man mucho tiene de parecido con el famoso juguete para niños, y no tan niños. Viven ,as emociones de nuestro hombre en ese constante subir y bajar, ese arriba y abajo, además siempr eimpulsado por la fuerza de la mano, que en este caso sería la fuera de la opinión de los demás. Es decir, Yo-yo Man es un tipo en constante subida y bajada emocional, siempre impulsado por lo que los demás piensan de esa vida que con tanto esfuerzo expone.

http://www.youtube.com/watch?v=XvG3IK-hzRs

jueves, julio 19, 2007

Instantes

Colgó el último cuadro y pensó: "Ahora si, ahora ya he terminado". Guardó las herramientas, cogió una cerveza y se salió al balcón. Se quedó mirando la calle, el trasnsito de alguna gente que esporádicamente atravesaba esa calle: Una chica con un bolso de tela, un chico oyendo música en un Mp3, otro chico caminando sorprendentemente rápido, una señora que se detiene unos cuantos segundos y sigue andando. La calle se queda entonces un rato vacia. Mira hacía las ventanas de enfrente y vuelve a mirar abajo. Se termina la cerveza y entra. Se siente contento, puede decirse que ya está instalado. Coge otra cerveza, duda entre salir al balcón otra vez o sentarse en el sofá. Según se detiene en el salón a decidirse, ve la caja con las fotos del último viaje, la última caja que no querría vaciar ni colocar en ningún lugar. Se conoce y sabe que lo mejor sería deshacerse de ellas. Sin embargo se agacha y saca unas cuantas al azar y se las lleva al balcón. Las tiene en la mano pero no las mira, mira, eso si, de nuevo la calle donde ahora pasa una mujer que toa con intensidad con los tacones en el suelo. La calle se queda marcada por ese ruido de tacones al andar. La mujer lleva algo de prisa, es elegante o al menos eso parece desde el balcón, sin embargo la mujer justo antes de cruzar se tropieza con algo y realiza un movimiento brusco y torpe, se cae de culo. El siente ganas de reirse, por esa extraña fuerza que ejerce en nuestro humor el tropiezo de los otros, la mujer durante unos segundos trata de volver a su sitio, de levantarse y seguir. El mira que ella a su vez mira hacía las casas para descubrir que nadie vió el extraño tropiezo, curioso que en esas cosas nos preocupamos mas por no haber sido vistos que por cualquier pequeño dolor que haya producido la caida. La mujer le descubre mirando fijamente y sigue caminando. A el le dan ganas de gritar que no pasa nada, que eso le pasa a todo el mundo, pero sabe que sería absurdo. Sabe que la mujer va tratando de minimizar la sensación de absurdo y rídiculo que siente por haber sido vista así, tan elegante, tan bien puesta y sin embargo patinando en un instante que ella considera cruel. LA mujer se pierde en la esquina siguiente. El recuerda entonces que tiene las fotos en la mano y mira la primera. La deja caer, ve como la foto cae en un vuelo extraño a lo ancho de la calle. Llega al suelo y le sorprende que haya caido boca arriba, no se distingue la foto pero se ve que no es la parte blanca, la de atrás, esa parte de las fotos donde no sucede nada. Un chico viene caminando, él casi se esconde para no ser visto, el chico ve la foto se agacha y la coge, la mira y sigue caminando, se la lleva. Trata de entender pero esas cosas no se entienden. Lanza otra, se pasa la tarde lanzando la caja, llenando el suelo de la calle de las fotos del último viaje. Un rato despues ve la caja vacia y la última foto sobrevolando la calle, cayendo despacio hacía la acera o el asfalto. Un coche pasa y pisa algunas de ellas. Da un sorbo a lo que queda de cerveza y entra al salón. Se queda dormido. Esa noche sueña pero al despertar no recuerda que fue lo que soñó

martes, julio 17, 2007

Tardes de julio

Lo mejor es que no te esperaba. Jamás hubiera imaginado que aparecerias por allí, en aquel lugar remoto (Según desde donde se mire). Jamás me imaginé que a esa hora y en ese momento. Era casi de noche y fumaba mirando la meseta y tarareaba el estribillo de una canción de hace años. También miraba el humo perderse hacia arriba y las cenizas caer en ese vuelo delicado. Pensé que era bonito ver ese viento suave de finales de julio rozar la tierra y el Sol que siempre marca el tempo. Así estaba cuando llegaste. No te esperaba, a ti por supuesto, pero si soy sincero no esperaba a nadie. No esperaba nada, salvo al tiempo, que no existe. Solo al tiempo con su constancia y su inexpresión. Así fue que llegaste y no hablaste, te sentaste a mi lado en esa piedra. Te ví, me asusté pero todo permaneció exacto, el sol siguió avanzando hacia la noche, el humo seguía saliendo del cigarro hacía arriba y repentinas rafagas de viento suave pasaban. Me asusté, me dió un vuelco el corazón, pero ni tu ni yo nos movimos permanecimos callados. Se acabo el cigarro, se hizo de noche y dejó de pasar viento. Ví que te levantabas y que te ibas. Te ví irte en la noche, en medio de de la meseta. Te ví irte aquel julio de un año que no recuerdo.

http://youtube.com/watch?v=WJYg04-goLs&mode=related&search=

lunes, julio 16, 2007

Yeah Yeah Yeah Yeah

3 de la mañana. Cruzamos la puerta donde un tipo no nos pide identificación. Atravesamos un pasillo oscuro, tropezandonos con las paredes, hay una cortina que deja traspasar un minimo chorro de luz y que hace una marca lineal a lo largo de todo el suelo. Viene música de fondo. Atravesamos la cortina y vemos una sala gigante, hay unas doscientas personas moviendo el cuerpo de manera fascinante, hay unas luces que se mueven y que aportan a la atmosfera el elemento definitivo. Siento que no estoy ahí y miro, miro a los demás como si tuviera la virtud de no ser visto, de mirar y no molestar. Miro a los otros, a los doscientos que van a una, al mismo ritmo, al mismo tempo. Cada cuerpo es una laberinto de giros y saltos. Miro sin ser visto y atravieso la sala gigante. EL ritmo crece, crece. Al fondo veo una pared, me siento en el suelo, sigo mirando a los doscientos moverse. Entonces sin darme cuenta sucede, sucede que mis pies se desplazan por el suelo, sin despegarse. Unidos a la tierra se desplazan de un lado a otro. Grios, giros, enloquecidos. Los pies se deslizan solos, me trasladan de una esquina a otra de la sala. Los doscientos abren paso, hacen un circulo a mi alrdedor. Siento cierto pudor, pero mis pies son ajenos a mis ordenes. Los pies van de un lado a otro, giran, se mueven. Los doscientos aplauden a tiempo, cada giro, cada movimiento es celñebrado por todos ellos. De repente mis pies se pegan a la pared, me muevo entonces por ellas, veo el suelo delante de mis ojos, giro, veo el techo pegado a mi nariz, vuelvo a bajar, de nuevo me desplazo por el suelo y es cuando los doscientos y yo, nos sorprendemos por que mis pies y despues mi cuerpo deciden dar un grio de 360 grados, volver al suelo, desplazarme veloz entre unos y otros haciendo curvas diabolicas. Mi cintura se dispara de un lado a otro, mis manos se agitan al ritmo de la música y los doscientos aplauden enloquecidos la imposible maniobra. ASí es como comienzo a despegarme del suelo, sobrevuelo la cabeza de los doscientos que a estas alturas gritan eufóricos. Permanezco a media altura haciendo giros extraordinarios como la tipa de "Tigre y dragón". De una pared a otra sin tocar el suelo, del techo a una lampara que no había visto hasta estar apoyado en ella. De la lampara al plató del DJ, de ahí a la bola discotequera y de ahi de nuevo a una pared. Así bailo, así los doscientos se vuelven locos y así de repente termina la canción que me pilla a medio vuelo entre la lampara y la pared del fondo, así, sin previo aviso me rompo una pierna y dos o tres costillas. Los pies, eso si, permanecen intactos.


http://es.youtube.com/watch?v=kvkTUqE4wOM

viernes, julio 13, 2007

Encuentros

Crucé un pasillo, entré en una habitación. Dentro estaba Jorge Luis Borges oyendo Dark Side of the moon de Pink Floyd. El teclado de Any Color you like se espacía por la habitación como una especie de sábana. Borges no habló, incluso no notó mi presencia, siguió escuchando ensimismado, atrapado, alucinado. La cabeza elevada, el gesto serio. Miré por la venatana se extendía un inmenso campo verde, a lo lejos unos caballos se movian despacio. Cerca de estos una mujer caminaba dirección a la casa. Borges preguntó entonces que quien era yo, que hacía allí. No supe que contestar. "Los lunáticos están en el salón" dije y Borges agregó: "Habrá eclipse. Todo lo que ves, todo lo que tocas, todo lo que hueles, está bajo el sol, pero el sol a veces es eclipasdo por la luna". Dicho por Borges la sentencia cobraba mas dramatismo aun. Me despedí, salí de la habitación. Salí de la casa. Me encontré con la mujer que ví desde la ventana. Descubrí sus rasgos. Ese juego fascinante de darle forma a una cara que habíamos visto desde la lejanía y que de repente tenemos cerca, con sus matices, todos sus rasgos marcados, presentes. Saludé con educación. La mujer me preguntó, sin extrañeza, si habia estado en la habitación de Borges, si este seguia oyendo a Pink Floyd. Contesté que si. La mujer me invitó a café. De repente comprendí que nada de aquello estaba sucediendo

miércoles, julio 11, 2007

Tiempo y espacio

Atardecer de julio. Otro julio, otro atardecer. La luz es suave a esta hora, suave y esponjosa, como si pudieras filtrarte por ella, atravesarla, fundirte en ella. Anoche soñé con otros, gentes que no conocía, una gente de la que yo era ajeno, ni siquiera participaba en el sueño, ellos estaban allí, en ese realidad desconocida. Pensé al despertar que podría suceder que ese sueño fuera una realidad filtrada por algún lado. Una especie de otro lado. Luego olvidé eso, olvidé eso aunque ahora lo recuerde. Olvidé que había soñado eso y por alguna razón que tampoco conozco, ahora lo recuerdo

Caminé por las calles casi vacias esta mañana, los colegios cerrados, vacios de chicos hasta mediados de septiembre. Recordé esos veranos, el colegio cerrado, el primer beso, recordé que fue en verano mi primer beso y recordé a esa chica de la que me queda su nombre y su cara de niña, allí a lo lejos, en una escalera de un edificio ajeno. Traté de imaginar su vida y me resultó imposible. Seguí caminando.

A mediodía iba en un autobús. Ví a un tipo, me sonaba mucho su cara. Estuve mucho rato rebuscando en la memoria. ¿Quien cojones era este hombre?. ¿De que le conozco?. Le miré y el me miró lo cual acentuó mi sospecha de que nos conociamos. Tantas caras nos cruzamos en la vida, vas viendo tantos rostros y de repente te olvidas, se borran, estan pero no hay nada. Ya no recuerdas aquella tarde que alguien te presentó o que quizá fue en una fiesta, el amigo de un amigo, un tipo con el que hiciste un trabajo, unas frases sueltas esperando para entrar al médico.


He recordado a aquel hombre del hospital, cada noche de aquel verano varios nos poniamos a hablar en el pasillo, a despotricar del servicio hospitalario, a comparar cicatrices o a intercambiar anecdotas médicas. Era extraño, pero en aquel momento comprendí o leí o álguien me dijo que las amistades de la carcel y de los hospitales solo sirven dentro. Meses después de salir de aquel edificio me crucé con uno de aquellos compañeros de hospital, pasaba por un pasillo del edificio volviendo de una revisión y le ví, me emocioné y casi salí corriendo a saludarle. Me miró y no me reconoció, le situé, le dije que cuando, como y donde, me miró tímido, era un hombre de unos cincuenta años, sin apartar la vista me dijo que había sufrido una amensia profunda, que le disculpara por no recordarme.

Ya casi anochece. La luz es suave. Escribo este post que olvidaré, que se quedará clavado en este instante irrecuperable. Escribo este post y ya, inevitablemente, comienzo a olvidarlo. Voy borrandolo

http://youtube.com/watch?v=dhHKfSFGdUI

lunes, julio 09, 2007

"LOS EXTRAÑOS RECUERDOS DE UNA MEMORIA DIFUSA"


Se ha muerto "La Secun", que viene a ser como que "muere una leyenda" , o algo así dijo mi madre cuando llamé a contarselo por el puro placer de contar. Una menos, si nos ponemos pragmáticos e incluso crueles, pero no olvides que la vida es cruel y sospecho que con "La Secun" de algun modo la vida lo fue.

La última vez que ví a "La Secún" hará ahora unos siete años recuerdo que fue un viaje extraño, duro, bastante cruel, si hablamos de crueldades. Me saludó como si hiciera tan solo un par de fines de semana que no nos vieramos, como si ese nieto con el que se reencontraba fuera un chico de 23 años que había visto tan solo hace unas cuantas semanas. Yo permanecí callado, mas bien sobrecogido, por que "La Secun" venía a ser el epicentro de toda una historia familiar singular o, que a mi modo de ver, resulta ciertamente compleja. El caso es que no ha´baía pasado un par de semanas o un mes, ni siquiera un año. La vez anterior a esa había sido 19 años antes, un ultimo encuentro del que yo tampoco guardo demasiados recuerdos, no por selección, sino por que los recuerdos de los cuatro y cinco años son jodidos de recuperar. El caso es que "La Secun" estaba ahí, y si yo estaba ahí era, y aquí me lanzaré un par de flores, por ser el único con cierta valentía para saber como era la cara de aquellos desconocidos que se habían dado el bote sin previo aviso diecinueve o dieciocho años antes. Lamento ser impreciso en la cantidad de años que habían pasado, pero insisto que con cuatro y cinco años los recuerdos no se graban del todo. Son difusos, como difusos son los recuerdos que grabo de ella.

"La Secun" fue con la primera con la que hablé cuando los busqué. Si la llamé a ella primero fue por que era de la única que la guia telefónica dió huellas. Poco mas de ella. Lamentablemente poco mas. De nuestro trato directo hay, creo, algunas cuantas anecdotas, pero yo no las recuerdo, no tengo esa capacidad. Hay algunas imagenes sueltas, algunos gestos, cosas que me contaron, un personaje sobre todo creado por lo escuchado, por la llamada y por ese ultimo reencuentro que aun hoy considero inoportuno. El sábado sonó el telefono, su hijo me avisaba de la muerte de mi abuela "La Secun" y me quedé mas frio que el hielo que acabo de soltar contra el agua de este vaso que tengo a mi lado para enfriar un poco el agua y saciar esta sed veraniega. Ni un rastro de sentimiento, a mi que me pierden las emociones, ni un vestigio de extrañeza, de dolor, ni una cierta curiosidad, cuando tantas veces es la curiosidad la que me mata. Nada, si algo me sorprende es que no sentí, si algo fue extraño y sorprendente es que nada. Si algunas reflexiones sobre sus hijos, sobre esa soledad que sospecho en la que a muerto o sobre una vida que recorre casi un siglo. Si vinieron o traté de traer esas pocas imagenes que conservo en alguna puta esquina de la memoria y sobre todo vino o recordé aquel miedo infantil, cuando iba a casa de mi otra abuela, un bajo de una calle pequeña, a dormir en el verano cuando veniamos de vacaciones. Aquella ventana que de noche filtraba las luces de las farolas y los pasos muy esporádicos de gente que pasaba al pie de la ventana, rápido y tarde, muy de noche. He recordado aquella sensación de mirar esa ventana en la noche temiendo ver a "La Secun" asomandose ahí, seria y callada, esos ojos profundos, o esos ojos profundos que yo me inventé, la noche profunda y caliente de verano en una calle pequeña de Madrid y yo mirando, esperando que la noche no me ponga esa cara, esperando que no sea "La Secun" esos pasos que se acercan y suenan rápidos.

Es raro, si, pero se ha muerto una leyenda

sábado, julio 07, 2007

Curioso por que esa avenida tan ancha termina dando en una carretera casi invisible, destrozada y abandonada que termina siendo un vertedero donde curiosamente vive gente. De noche se ven hogueras y le da un cierto aspecto infernal o apocaliptico. Entre las curvas endiabladas de la carretera se va viendo, unicamente pasé de noche por allí, las llamas y algunas sombras lejanas perdidas en la inmundicia. Pasada esa parte hay, si no recuerdo mal, una bajada, unas cuantas curvas mas y de repente, como emergiendo desde el mismisimo centro de la irrealidad, el neón rojo. Solía haber unos cuantos coches aparcados en un parking de suelo de arena. Cruzamos la puerta, nos recibió una de las chicas. Nos sentamos a ver "el espectaculo". bebimos algo para acentuar la borrachera y sentí una profunda nausea. Una de las mujeres se sentó a mi lado y trató de hablar conmigo, me preguntó por mis gustos, que era lo que me apetecía. No supe que hacer, me cogió de la mano y me llevó por un pasillo alrgo y con poquisima luz, a los lados había habitaciones tapadas con cortinas pero sin puertas, veía figuras desnudas y escuchaba el bolero que una chica interpretaba desafianda en el escenario que se quedaba atrás y algunos genidos forzados y frases recortadas. La mujer me metió en una de las salas y comenzó a desnudarse. Bailaba acercandose a mi. Tratando de darle sensualidad a esa habitación sordida, tratando de ignorar el bolero mal interpretado y mostrando el cuerpo maltratado por los años y la noche. Me quitó la camiseta y sentí vertigo. Sentí un dolor en el pecho y de repente grité. La mujer me miró aterrada, el rostro descompuesto. Me miré el pecho lleno de pelo, miré mis uñas, los cambios velocisimos que sufría mi cuerpo, el dolor que me estaba produciendo el cambio de cuerpo. Traté de hablar mientras la mujer , aterrada iba retrocediendo, mi voz fue un sonoro aullido. Fue justo en ese instante que me convertí en una criatura extraña y trsite, desgarrada. Salí corriendo por el pasillo con la fuerza que me daba mi nuevo cuerpo, salí del local, corrí por el parking aullando desgarrado y casi aterrado. Corrí entre la noche, por la carretera vieja y oscura, corría enloquecido hacía el vertedero, hacía los hogueras. Aquella fue la primera noche que me convertí en hombre lobo

http://youtube.com/watch?v=73qBnuzrjx0

martes, julio 03, 2007

Exijo explicación

Lo jodido...- pensó con indignación- lo jodido es que al final todo tiene explicación, pero mas jodido aún es que pudiendo tener explicación, yo no entiendo nada.

Miró al cielo de nuevo, con los ojos semi cerrados para no deslumbrarse. Trató de ubicar un punto de salida, adivinar de donde venía aquello que había inundado de repente su pelo y las páginas del libro que leía con mucha atención. Volvióa mirar las hojas del libro se sacudió la cabeza y le sorprendió que siguieran saliendo tantas.

Unos segundos antes paseaba su vista por un parrafo que consideró exquisito, sublime. Hay escritores que rozan un ritmo, una cadencia inigualable, son dueños de un estilo único, pensaba a cada paso de página o en aquellas interrupciones intencionadas, provocadas para reflexionar en lo leido. Andaba en eso, viajaba por esos pensamientos cuando de repente notó una especie de lluvia, las páginas se llenaron de hormigas muertas. Muchísimas y muy pequeñas. COnfundiendose con la tipografía, con las letras impresas del libro, todas aquellas hormigas fueron cayendo desde un lugar indescifrable, como parte de una lluvia irreal o surreal. Se quedó pasmado, idiotizado sin entender cuando se detuvo la absurda y negra tormenta. Miró a los lados y no pudo descifrar nada. Sintió una especie de asco cuando agitó la cabeza y vió que su cabeza contenía muchas. Se levantó, tuvo ganas de gritar, de reclamar pero ¿Donde?, ¿A quién?.

Cerró el libro sin marcar página, se levantó y se fue de allí mirando al cielo despejado y claro. Lo jodido es que tendrá explicación, pero de donde coño caían esas hormigas muertas.

lunes, julio 02, 2007

Dolores

Se lanzó a la cama con los ojos cerrados. La luz estaba apagada y solo se escuchaba el sonido de los cocches que pasaban al otro lado del cristal. Sintió un potente mareo y un dolor agudo en el pecho. Abrió los ojos, se veía el marco de la ventana iluminado por el letrero del hotel que parpadeaba a un tempo mas rápido de lo normal. " Esto es como una pelicula", pensó. Tuvo ganas de llamar a un taxi e irse hasta el hospital mas cercano, pero hasta aquello le daba pereza. Volvió a cerrar los ojos, trato de respirar hondo y disminuir el dolor. Se inventó ejercicios mentales para ingorarlo, para no sentirlo, pero no consiguió nada, se volvió a sentir mareado, una nausea le sacudía. Volvió a pensar en la idea de llamar a un taxi y salir corriendo, lanzarse en una camilla de urgencias y suplicar por un calmante, pero pensó que exageraba, que solo había sido un golpe y que no merecía la pena tanto espectaculo, sin embargo el dolor iba en aumento y el telefono estaba ahí, a medio metro de su pecho. Descolgó el telefono y se comunicó con recepción, notó que le costaba hablar, el dolor le impedia oxigenar con normailidad y la voz se arrastraba con torpeza entre las palabras que emitía. Pidió un taxi y esperó, diez minutos despues sonó el telefono, era el aviso de que el taxi ya esperaba abajo, se levantó como pudo y según caminaba por el pasillo dirección al ascensor, notó que el dolor habñia desaparecido, que y no lo tenía, llegó a la puerta donde el hombre del taxi esperaba. Se sintió ridiculo, le pagó lo que podía costar la moletsía de haber ido hasta allí para nada, y se volvió a la cama. Según cerró la puerta pensó:

.- Debería intentar no ser tan hiponcondriaco- y se durmió como un bebé

domingo, julio 01, 2007

Domingo

Domingo. La luz entra por la ventana. Hay calma en la calle, un silencio agradable y sencillo. Recuerdo las conversciones de anoche. Alguien dijo algo sobre la libertad que me gustó, que sonaba potente. Otras conversaciones sobre la atracción, el deseo y el sexo y todo bajo el calor de Madrid a finales de junio.

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