jueves, febrero 18, 2016

Anotaciones

No soy pesimista, lo que no me hace optimista. No soy pesimista por pura supervivencia. No soy optimista por puro realismo. No creo que el no optimista sea pesimista y viceversa. En realidad, creo, que la mayoría nos movemos en el intermedio. Me agarro con vehemencia a los elementos díarios que me hacen no ser pesimista: mis hijas, mi pareja, mi afición a la música, los otros, el amor que me despiertan los otros, determinadas y contundentes acciones del ser humano. Eso que mueven y empujan el muro para que casi inapreciablemente, pero con una fuerza descomunal empujan para hacer un mundo algo más optimista. No soy optimista con el simple hecho de ver la realidad diaria que acontece en el mundo: el frenesí mediático, las turbulencias de los fanáticos, los economistas, los ambiciosos.

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