jueves, junio 08, 2017

La hipotética primera escena de la Idea

Hay una imagen que siempre aparece cuando pienso en la idea. Podría casi rodarla. Si hubiera presupuesto y esto fuera una película me resultaría francamente fácil rodarla. Esa imagen, esa escena, siempre se me parece como el arranque de la idea. Apenas hay luz, entra esa luz mortecina aún de los primeros minutos del amanecer. Estamos en la casa de P. La casa amplia, limpia, ordenada, decorada con esmero y gusto de clase media alta. Una imagen que desribe  a su vez  a P, puesto que P es todo eso: Amplia, limpia, ordenada, meticulosa, es el paradgima del gusto de la clase media alta. Muchísimos libros en las estanterias. La cultura dominante, la cultura elevada dominante. La inquietud y las sensibilidades están, la preocupación de ese mundo que tiende al desastre están, pero no se filtran en el día a día, no se filtran en el orden de las cosas en la casa de P.  Todo sucede en el plano de los libros decimonónicos leidos con atención y con emoción. También hay libros modernos. Toda la literatura reglamentaria, por definirlo de algún modo. Esa imagen arranca con la luz casi inexistente del arranque del amanecer. P está en la cocina, se escucha la radio, un viejo aparato que P guarda por nostalgia o por devoción, pero la radio la escucha siempre desde ese artilugio viejo, que nada tiene que ver ya con la tecnologia del presente. P siempre escucha la radio a esa hora, la misma emisora, el mismo programa. La radio tiene la cadencia para arrancar el día. Se hace el café y de fondo la voz de la locutora por la que casi siente algo, esa voz no es la de una periodista que habla de actualidad y cuenta lo que ha pasado en el mundo, es algo más. A veces esa voz parece parte de la casa, parte de se vida. No hay apego, podría vivir sin esa voz, pero esa voz es casi suya, no suya interior, sino suya como parte de las cosas, como es suya esa cocina o la nevera.  P se prepara el café, en paralelo piensa en cosas de su vida y escucha cosas de la vida en el mundo, un día las noticias sobre elecciones en Francia mientras piensa en una de sus hijas, otro dia el estado de las cosas en el parlamento nacional mientras piensa en la otra hija. El despertar se sucede en varios planos. El suyo y el del mundo. Escucha a la locutora, firme, seria. Los colaboradores que van deshilachando la realidad con sus analisis y comentarios. Así P se va formando su opinión, en esas voces que pululan por la cocina, invisibles, pero contundentes. La primera imagen de la idea siempre me parece así. P oyendo la radio y de repente la noticia que destapa todo lo que será la idea.

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