jueves, marzo 26, 2009

Viajero

Amanece. Por la ventana entra un golpe de calor. Una luz vaporosa. El ruido de alguien que camina fuera de la casa, por ese camino de tierra que sale a la carretera. Es hora de regresar. Demasiado tiempo fuera. Ponerse en pie. Mirar por la ventana. La persona que camina ya no está al alcance de la vista, pero aún llegan sus pasos, el sonido de sus pasos. Una palmera hace una sombra peculiar, apenas se mueve, hoy será un día de potente calor. EL compañero aún duerme, suspira con intensidad. ¿en que batalla estará metido?, ¿En que lugar?. No me despido. Me pongo la mochila en la espalda, abro la puerta y salgo. Ahora son mis pasos los que suenan en la arena, los que llegarán hasta otros oídos. Alcanzo la carretera. Camino por el arcén. Avanzo varios kilómetros. Pasa un camión, pasan tres turismos, pasa un autobús vacío. Nadie para. Sigo avanzando. En el suelo encuentro un mapa arrugado. No es de este país. Lo miro. Hay indicaciones, anotaciones a los lados, encima de poblaciones. Desvíos marcados. No conozco ninguno de esos lugares, no conozco ese país a miles de kilómetros de esa carretera por la que camino, pero hay algo en ese mapa que me hipnotiza. Jamás había reparado en ese país, pero de repente siento un golpe de atracción. Decido no regresar, decido ir hasta el país del mapa encontrado. Sigo avanzando. Un hombre se detiene y me recoge. Su ruta, hasta donde ese hombre va, supone un gran avance para alcanzar mi nuevo destino. Tendré que atravesar dos fronteras. En este trayecto alcanzaré la primera. Saco el mapa que había guardado mientras el hombre me habla de una batalla memorable del siglo 18. Desmenuza la técnica empleada como ejemplo de táctica militar brillante. Observo el mapa. Trato de leer todas las anotaciones que el anterior usuario ha realizado. Pueblos en los que simplemente anota un adjetivo. Desvios en los que pone:"IMPORTANTE". Ciudades en las que escribe breves sinopsis de interes: Recorrer la calle central. Posibilidades metafóricas". Me llama la atención el país de mi nuevo destino, pero si cabe, aún mas las anotaciones de ese extraño viajero que ha dejado el mapa en medio de otro país, de este país, bajo la frondosa vegetación selvática de esta costa. El hombre que conduce ahora habla de un texto casi bíblico. No entiendo a que se refiere. Recita unos fragmentos que parecen un compendio de poesía surrealista. Sigo con el mapa. El mapa siempre ha estado doblado, de alguna manera todo el rato he visto el norte del país, giro, despliego y reconozco el sur o conozco el sur de ese mapa, de ese país o el sur representado de ese país, donde el anterior viajero ha realizado muchas mas anotaciones. Mientras el conductor recita sigo leyendo nuevas anotaciones sobre el mapa. Hay una zona que jamás he oído nombrar donde el viajero señala con bolígrafo de otro color y con las letras mas grandes usadas en todo el mapa:"DESTINO". ALrededor varias pequeñas notas, mi mirada se desvía hacia la mas pequeña, en un pueblo que aparentemente esta en medio de una sierra. Ahí, en ese lugar que representa el mapa, leo mi nombre. Levantó la vista, el conductor sigue recitando, habla de la luz, del encuentro, del solsticio, del perdón, del recuerdo, del dolor. Vuelvo a mirar y reconozco mi nombre y mis apellidos en ese pueblo desconocido, lejano. Siénto vértigo, o mas que vértigo siento, una sensación que sólo había alcanzado en sueños, una especie de desorientación, de incomprensión absoluta de todo. El hombre termina su recital mientras toma la curva hacia la izquierda, me mira y sereno, pausado, relajado concluye:"Te encontramos"

2 comentarios:

illot dijo...

muy bueno maestro..

Anónimo dijo...

Quiero encontrarme un mapa así!

Quiero irme a cruzar dos fronteras adonde está mi destino.

Creo haberme conseguido mi mapa hace muchos años.

Creo haber llegado al mío.


CL

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