miércoles, marzo 11, 2009

Sorel y lo real

Seguramente jamás había narrado ningún episodio real. Manejándose siempre en ficciones baratas, Sorel mantuvo durante muchos años, durante innumerables textos cierto reparo a la realidad o esa masa no tan solida que hemos acordado entre todos llamar realidad. Para Sorel narrar un episodio sucedido no tenía demasiada gracia. A Sorel le gustaban los espejos deformados, esto en aquello, aquello en esto y nada y todo terminan resultando. Había en Sorel un exceso de drama, si algo torturaba a Sorel era precisamente lo real, por eso quizá se desprendía con enorme constancia de ella. A Sorel la realidad le resultaba un lugar no inhospito pero si aburrido como todo acuerdo, algo en el que nadie esta de acuerdo, pero que se acepta para no aumentar la bronca. Sorel era un anarquista filosófico. No es que no creyese en la realidad, sino que le parecía un pacto mediocre.

Acusado por sus contemporaneos de no comprometerse, Sorel llevó durante años un diario de esa real irrealidad, como le gustaba llamarla, de la que no hablaba o de la que no escribía para componer un texto muy sintético, una ennumeración de realidades que alcanzaba a ver o que le llegaban de oidas. Un catalogo donde demostarse, not anto a los demás, sino a sí mismo, que aquello, eso de ahí afuera, realmente es una ficción, una mala ficción, escrita por un tipo que no tiene ni puta idea de contar, con mal gusto y nada de humor. "Si alguien escribiera esa realidad- decía con cierta vehemencia- jamás le hubieran comprado ese bazofia de texto. Bien visto, la realidad es un texto pésimo. Un texto fracasado" y ya borracho cuando se le preguntaba sobre el espinoso tema decía:" lancen a la hoguera esa novela. Quemenla"

Cansado de sentirse un escritor no comprometido Sorel publicó un libro de esa real irrealidad. Anotaciones de su cuaderno "sobre ese trozo de piedra de ahí afuera". las cosas que Sorel vió o escuchó son estas. Todas, absolutamente todas son reales. Sucedieron.

Son las diez de la noche. En alguna carcel de este país un tipo ha pagado por dormir amarrado a un barrote de la celda. Bien visto es un privilegiado, la mayoría de los presos ni siquiera pueden amarrarse a nada, tienen que dormir de pie.

Voy en el metro. Una mujer recibe un mensaje en su teléfono. Comienza a llorar desconsoladamente. Se le corre el maquillaje, Un mal maquillaje.

Salen de Pakistan. Pagan el dinero reunido por su familia para cruzar una cantidad casi incontable de fronteras para llegar a Londres. No saben si llegarán. Lo que si es seguro es que jamás conseguirán una vida digna y no serán aceptados en el lejano país. Siempre serán sospechosos de algo

Acaban de casarse, se han comprado una casa que llevan varios meses preparando con un amor enternecedor. El ha salido ha trabajar, cuando vuelve a mediodía se la encuentra en el suelo. Ella se ha muerto. Tiene 28 años.

Hay tres médicos que han llegado hasta ese pueblo. Hablan con el alcalde. Pertenecen a una entidad de prestigio internacional, su función durante tres años es ayudar con el sida en ese país. En el pueblo hay un médico en practicas, viene corriendo hasta el alcalde que se encuentra hablando con los médicos del organismo internacional. Interrumpe la conversación y dice: "Señor alcalde tenemos un problema con el parto de la señorita X" El alcalde sabe que la camioneta que sirve de ambulancia y con la que habría un resquicio de esperanza no esta en ese momento en el pueblo. Hace un gesto al muchacho de resignación y dice que nada se puede hacer. El chico, que acaba de terminar la carrera se da la vuelta.

Recogen a la niña. Siguen el protocolo acordado. Se sienten extraños tan lejos de casa. Miran a la niña con una mezcla de fascinación y cariño. Ella mira las pequeños manos, pregunta porque tiene esas heridas, esas marcas. Le contestas que eran de cuando la ataban, junto a las otras como ella.



Así Sorel rellena muchos cuadernos. En el último recoge una reflexión con el que marca punto y final:

Renuncio


A partir de ahí comienza su etapa mas surreal. Si entra el termino

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muertes simbólicas...dan paso a nuevas etapas. Seguramente Sorel volverá a escribir.


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