martes, marzo 24, 2009

El post 1000

Primer segundo:

¿Estoy despierto?

Segundo segundo:

Creo que si, que estoy despierto.

Tercer segundo:

Creo que no es un sueño. Creo que esto lo estoy escribiendo

Cuarto segundo:

Esto no es real porque pasa mas de un segundo, mucho mas entre frase y frase.

Quinto segundo:

No hay manera de volver al primer segundo. Podría borrar esa frase, pero ya jamás volveré ahí

Sexto segundo:

Hay dias mejores que otros. Hoy no es que esté siendo un mal día, pero todo lo que hago lo estoy haciendo influenciado por el chorro de sueños de anoche. No entiendo como unos cuántos sueños pueden marcar tanto el resto del dia o el día que empieza. Nos desconocemos o yo al menos me desconozco en grado sumo. Me alucina la gente pragmática.

Séptimo segundo:

Uno, dos tres, cuatro, cinco, seis, siete fragmentos.

Octavo segundo:

Siempre me han reventado los textos con el tono como este. Me parece pretencioso eso que estoy haciendo. Fragmentar el texto en trozos. En segundos. ¿Porque coño estoy haciendo esa estupidez?

Ayer salió un tema curioso con un amigo. El tipo decía que a el no le daba vergüenza leer lo que escribía. Yo me quedé callado. Lo jodido es que a mi hasta me da vergüenza decir que lo hago, que tengo este blog. El tipo decía algo que me resultaba demoledor. "No creo en eso. Si te da vergüenza no lo haces. Creo que se esconde una actitud falsa". Me preguntó si a mi me pasaba con cosas que hago. Contesté que no escribo y que con la música lo que me sucede es que soy incapaz de ser objetivo. Le hubiera dicho encantado que me aterra leer lo que escribo. Si no lo hice es por dar pie a la posibilidad de ser preguntado por lo que escribo. No se si esto realmente es escribir. No se que coño es esto. Es un juego. Es mas bien un juego. Quizá por eso ese pudor de ver que juegas desde fuera. Es como cuando hablas solo. Todo el mundo en algún momento se suelta una frase por ahí al aire, pero si alguien te viera hablando solo siempre da pudor. Es como que te ven en el momento de intimidad. Digamos que como esto tiene mucho de paja mental, es como si alguien entrara y te viera masturbándote. Es ese pudor. Digamos que el blog te da la posibilidad de jugar a ser escritor. Tu te haces tu paja mental que lo eres, pero lo haces para ti, si alguien que te ve en el día a día, te ve jugueteando al escritor te sientes descubierto en un acto íntimo. Realmente hay gente que sabe de esto y de mi pudor y dice que soy un atormentado. No es tormento, no lo veo como tormento, lo veo como un asunto de pudor, de vergüenza. He pensado que jamás hablo de cosas reales o cuando lo hago termino cambiando detalles y se termina convirtiendo en algo irreal. En esta extraña celebración del post 1000 podríamos estrenarnos. Intentarlo al menos

He estado trabajando en un sitio. No había agua y la comida me ha dado mucha sed. Me he acercado a un punto donde vendían refrescos dentro de un cine. A esa hora no había nadie. De repente se ha girado un niño, no debía tener mas de trece años. iba con el uniforme de la sala. Con voz infantil me ha preguntado que quería. Le he pedido agua, pero sintiendo que era muy pequeño. Demasiado pequeño para estar trabajando. El atendía con seguridad, repitiendo el tono que pone (yo lo he puesto cuando lo he hecho) la gente que atiende al público. El precio se dice con un tono, la botella me la ha pasado diciendo:"aquí tiene", me ha dado la vuelta, y me ha dicho "Gracias. Hasta Luego" con ese tono que siempre resulta normal pero que en él llamaba la atención por ser tan pequeño. Sin embargo sonaba experto. Luego he vuelto a mi sitio pero desde donde estaba le podía ver. Se movía con soltura, limpiaba la máquina de palomitas con esmero, ordenaba el mostrador, lo limpiaba preparando todo para las sesiones mas masivas. No era ya solo la cara de niño sino la expresión. He pensado que ahí, en ese individuo sucedía algo. No se de que tipo, pero algo. No tanto por el hecho de que un tipo de su edad estuviera un martes trabajando a las 3 de la tarde, que también, sino por la actitud. Esas cosas que jamás se definir. Le he mirado mas. Había un esmero peculiar, intenso en la manera en que trabajaba, sin embargo era tan frágil físicamente, tan delgado, tan menudo. Además se juntaba la apariencia y la forma educada de hablar. Luego ya no le he vuelto a ver.


Hoy me han hablado de un tipo que me saca sensaciones negativas. Es un jefe de producción. El tipo me parece detestable. Yo he recordado la primera vez que hablé con el. Sin verle, sin conocerle de nada, sin saber quien era, me llamó por teléfono para cerrar un asunto laboral. Colgué el teléfono con la sensación de que me habían tomado el pelo. Hay gente que no se que coño trasmite pero es capaz de hacerlo hasta en una brevísima conversación telefónica. Me sentí invadido. Hay gente agresiva. No dicen nada agresivo, pero te agreden. Son invasivos. Personas tanque. Arrasan. Su actitud es esa. Luego, he ido comprobando que es así. Que no sólo me sucedió a mi en aquella llamada inesperada, cuando, en ese momento, hablaba un desconocido al otro lado. Con el tiempo le he ido viendo. Protagonizó una escena que no puedo olvidar. Hablé con él. Jamás hablo de dinero en los trabajos. Tengo un problema atroz con el dinero. Por si alguien lo lee: es realmente fácil timarme, es realmente fácil que olvide devolver dinero, por eso trato de no pedir. Aquella vez hablé con el. El timo era tal que fue la primera vez que hablé seriamente de este asunto. El tipo sacó una calculadora antigua, de estas que tienen un rollo de papel y pueden imprimir la operación realizada y con desdén hizo, delante de mi, una operación matemática infantil, imprimió el papel sin mirarme y agrego un comentario irónico con respecto a la cantidad. Soy angustiosamente lento en esas situaciones. Me llama la atención la gente que reacciona. Yo tardo, me quedó abobado tratando de comprender, cuando reacciono llego, siempre, tarde. Su compañera me llamó por teléfono y me dijo que me pagarían mas, que le daba vergüenza lo que estaba sucediendo conmigo. Me sorprendió porque después de eso el tipo ha ido creciendo mucho dentro del canal de televisión. Ha alcanzado lo que a la gente que le interesan los crecimientos laborales suele llamar o nombrar como "puestazo". A menudo le he visto por los pasillos de ese canal. Va siempre solo. Tiene alguna peculiaridad física que ahora no recuerdo. No creo que sea mucho mayor que yo. Fuera de mis prejuicios hacia el, le miro con cierto misterio. Me parece un tipo atormentado, pero un tormento peculiar. Nada me lo indica, pero tiene una mirada violenta, muy contenida. Apenas he hablado con el.


Todos esos sueños de anoche fueron delirantes. Hay estaciones de sueños también que no se muy bien si se corresponden con los cambios externos. Con las estaciones. Ultimamente estoy soñando mucho. Una especie de primavera onírica, como si florecieran con este tiempo los sueños. Tanto sueño que termina siendo importante en el día a día. Mi viejo decía que no soñaba. Siempre me ha llamado la atención la gente que dice que no sueña. Quizá porque me encanta soñar. De alguna manera es una doble vida. Ya no entro en terrenos de explicaciones y demás. Simplemente me parece que es cojonudo que suceda otra realidad y que encima te traigas recuerdos de esa otra vida. Por ejemplo todos esos sueños de anoche. Toda esa gente haciendo cosas raras, comportándose de una manera nueva. Irrealidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Bravo por este post número 1000! Se percibe una increible sensación íntima, como de email...no sé, lo que imagino debería ser como un email escrito por el gran LePrince.

Bárbaras esas llamadas por teléfono que suelen dejar un bajón. Creo que hasta hay que tener mucha energía para transmitir eso...negativa, sí, pero energía al fin.

Yo mientras, quiero pasar el interruptor, abrir la compuertilla de los sueños, volver a entablar una buena amistad con Morfeo, que parece andar algo sentido conmigo. Lo complaceré yendo a la cama más temprano, a ver si se apiada de mi.

Saludos oníricos, llenos de situaciones engorrosas que inexplicablemente traen angustias durante los mediodías posteriores a haberlos tenido.

Lalala...



CL

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