miércoles, abril 09, 2008

Vacaciones

Salió con la maleta por el portal y sintió el golpe del verano, la calle medio vacia a esa hora de la mañana de domingo, el suspiro leve de libertad al que de vez en cuando tienen derecho los humanos. Caminó unas cuantas manzanas. La maleta era vieja, sin ruedas ni facilidades para ser transportada, había que cogerla del asa y llevarla al aire, como las maletas de siempre. "Como llevan las maletas los protagonistas de las grandes historias", pensó con ese optimismo que regala la primera mañana de vacaciones. Siguió caminando. Repasó mentalmente:

.- Pasaporte... Si
.- Una chaqueta por si hace frio.... Si
.- Dos libros...Si
.- Han quedado cerradas el agua y la luz....Si
.- Cerrada la puerta con llave...Si
.- Billetes.... No....¿No?....No

Se da la vuelta corriendo, mira la hora, si se da prisa llegará de sobra. Corre a toda prisa. Comienza a deshacer el camino. Por esa cosa de que todo, cuando se empeña, se complica, la maleta se abre y se desparrama la ropa. Los calzoncillos quedan extendidos por la acera, como si fueran víctimas de un accidente mortal. Su camiseta favorita esta amontonada encima de mas ropa que en la caida se ha desdoblado de manera inexplicable. Recoge rápido, guarda todo sin orden ni concierto, aprieta la maleta y la cierra. Mira el reloj. Aún hay tiempo, sigue corriendo hacía su casa. los billetes estarán encima de la mesa del salón donde, desde el dia que los compró, estaban esperando por esta fecha tan precisa y que ellos marcaban con tanta precisión. Entra en su calle, corre rápido. Mete la llave en el portal. La llave, como tantas veces, no gira bien. Esa copia nunca quiso abrir a la primera, pero hoy, que el tiempo apremia, le parece escesivamente molesto. Los otros dias que vuelve del trabajo sin prisa, con ganas de cenar y ver TV no le parece excesivo el tiempo que tarda en girar la caprichosa llave. Hoy no, hoy es eterno. Tras varios intentos, despues de sacar y meter varias veces, de hacer los trucos mas absurdos para "engañar" al cerrojo, logra, sin explicación aparente, girar y abrirse. Sube por las escaleras, la espera del ascensor le parece una osadía en ese instante. Sube rápido los cuatro pisos, en el tercero se encuentra con Adolfo:

.- Contigo quería hablar.
.- Adolsfo... Luego.
.- Pero mira una cosa.... Mira como tengo esto, mira esta humedad que tengo en el baño. Esto no se puede quedar así.

Adolfo está indignado, casi gritando, le coge del brazo y le obliga a ver el techo del baño, que es el reverso del suelo del suyo. Una humedad que se asemeja a un Tapies, gobierna el techo. En ese instante una gota cae lenta deslizandose por entre las humedades y termina cayendo en un cubo que Adolfo previamente aclocado ahí, donde se suman gotas y gotas en un proceso heroico y, visto de otra forma, hermoso. Noa guanta mas, mira el reloj, mira a Adolfo que mira el techo y habla de compañias de seguros, de facturas, mira de nuevo el reloj y sale corriendo. Adolfo, segundos después reacciona insultandole desde lejos, pero el, ya casi llegando al rellano oye los gritos de Adolfo como ecos de una vida pasada, una vida que por monotona se quedó atrás, una vida antigua, una vida, casi, no vivida, Adolfo habla, piensa, desde el lado de los sueños. Sube el último tramo de escaleras. Abre su puerta. Su casa, un cuarto interior con poquísima luz. En la oscuridad trata de tocar, como buscan los ciegos, los billetes enciuma de la mesa. No palpa nada, no hay tacto, un taco que en ese momento se antoja como un deseo, el mayor de los deseos. Toquetea la mesa, reconoce el mando de la TV, la revista que leyó ayer sobre el destino de sus vaciones, un periódico viejo. Sabe que en la oscuridad las cosas se complican y decide poner la luz general. Sube los plomos rápido, enciende varias luces. Lo recuerda. Los billetes están en la mesilla de noche, pegados a la lampara, allí los puso ayer precisamente para no olvidarlos. Los coge. COge la maleta y sale disparado. Baja por la escalera, salta los escalones de dos en dos, Adolfo sale al paso, pero en un quiebro fascinante le esquiva a la manera de un Messi de portal, un Messi de escaleras. Adolfo en el quiebro se queda en el suelo, pensando, seguramente, en que el fondo en la vida las cosas son tan extrañas e indescifrables como la forma de la humedad en el techo de su baño. Llega abajo, abre la puerta y en la veloz carrera no puede evitar hacer un nuevo recuento. ¡¡¡ La luz!!!. ¡¡¡No he cortado la luz!!!. En la urgencia, la vida, las decisiones diarias, las que no son trascendentales cobran un sentido ligero. Esos detalles que parecen imprescidibles se vuelven innecesarios, casi absurdos. Decide, en medio de la respiración acelerada, que la luz se queda así. Corre velos, sale a la avenida, ya no irá en metro, irá en Taxi. En el Taxi mas de lo mismo. Primer dia de trabajo como taxista de un hombre con acento de un país lejano. El tipo no sabe como ir al aeropuerto desde ahí, saca el callejero, no sabe usar el aparato "ese que habla, llevo poco tiempo aquí y máquina no entiendo cuando habla". Varios segundos que parecen minutos en descubrir la ruta. Un par de desvios equivocados y un trayecto que se excede demasiado en el tiempo. sin llegar a la puerta, lanza el billete con dinero de sobra al taxista, abre la puerta casi en marcha, la maleta en mano y , eso si, la ilusión casi intacta. Se abren las puertas, corre por el aeropuerto enloquecido, mirando el reloj cada tres o cuatro segundos, corre, tropieza con unos, con otros, sube escaleras, avanza por pasillos largos y estrechos. Mira el reloj, una vez, otra vez, corre, corre con la maleta que ahora resiste y no se abre. En la pantalla ve su vuelo, se presenta para chequear: " Buenos dias", dice casi esperando a que la agradable y atractiva señorita actue a su velocida, pregunta sofocado y sudado: " ¿Llego a tiempo para cogerlo?. Ha sido una mañana terrible". La chica,cada vez mas atractiva pero excesivamente pausada para las prisas que precisan la situación: "oiga, llega usted con tres horas de adelento. ¿Cual es su prisa?". El aún agitado y nervioso, contesta:"me gusta hacer las cosas con tiempo".

1 comentario:

stel dijo...

jajajjajam puede que le deba enseñar tu texto a un par de personas de mi entorno que son capaces de llegar tres horas tarde xDD

por cierto, me gusta tu propuesta como título. Ahora sólo hay que pensar en qué exponer.

Mi lista de blogs

Afuera