lunes, abril 21, 2008

Sotano

Al final de la escalera que descendía al sotano había siempre una escoba apoyada. Creo que nunca nadie la usó. Las pocas veces que bajé al sotano me preguntaba quien se había molestado, en su momento, en poner, con buena intención, una escoba ahí para ser usada en el momento en que el suelo del sotano se viera necesitado. La última vez que estuve en el sotano, pensé, seguramente como muchos otros, que si hubiera tenido tiempo, hubiera pasado la escoba, pero el tiempo apremiaba y debía subir la escalera y salir corriendo hacía donde Boris. Nunca mas volví a aquella casa y nunca supe como se desarrollaron los siguientes años en la vida del sotano. Yo dejé de colaborar con Boris. Me escapé del pais y después de mucho tormento, decidí olvidar toda aquella época, durante años, trate de diluir en el fondo de mi memoria las imagenes del sotano y sólo me quedó la entrada, el final de la ecalera con aquella escoba apoyada, inmóvil, siempre en el mismo lugar. Una escoba inutil, que nadie usó, que nadie pasó por el suelo de ese sotano que ya no recuerdo.

2 comentarios:

stel dijo...

puede que si ya solo quedan imágenes de la entrada un día desaparezcan también, la mente guarda recuerdos que necesitamos o que nos pueden ser útiles, el resto, poco a poco los va olvidando. Quien sabe.

Guy Monod dijo...

Este párrafo es una maravilla.

.Guy

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