miércoles, abril 16, 2008

Hotel

Como en las películas de miedo. Así, como uno cree que es imposible que suceda. Yo estaba en el baño de ese hotel mediocre, me estaba duchando porque llevaba todo el dia conduciendo y estaba cansado, ella se quedó acostada viendo un programa donde se veía a una gente concursar alrededor de una especie de ruleta. No entendiamos nada, el presentador parecía hacer preguntas sencillas, las cifras repartidas, haciendo el cambio que ibamos aplicando todos esos dias, eran muy altas, y la adrenalina que parecian expulsar los concursantes era excesiva. Muchas luces, mucho cambio de plano, mucha rafagas musicales. Yo escuchaba el bullicio de la televisión, todas esas palabras que no entendía y dejaba caer el agua sobre mi cabeza. AL salir de la ducha, no noté nada particular, nada diferente. Al salir ella ya no estaba. La televisión seguía encendida pero la cama estaba vacia. Me vestí lento, pensando que habría bajado al bar y con el ruido de la televisión no la había escuchado anunciandomelo. Me vestí y bajé. El bar del hotel era, como todo el hotel, muy mediocre, medio vacio y con música mala. Me asomé, observé y no ví nada. Me acerqué a la recepción y pregunté en ingles si la habían visto salir. Un no rotundo contestó un tipo que tenía muy poco de simpatico. Me llamó la atención, al mirar hacía fuera, ver la carretera tan vacia, tan oscura. Subí de nuevo a la habitación. No estaba. Sentí cierta angustia y traté de pensar, pero no encontraba una respuesta valida a la desaparición. Miré por la ventana, por la carretera seguían sin pasar coches. Volví a bajar, hablé con seriedad con el recepcionista. Le conté lo que estaba sucediendo. El tipo, quizá sintiendo la amenaza de unos secuestradores, sintiendo quizá cierta empatía conmigo se sintió muy asustado de repente, se pegó a mi y comenzamos a inspeccionar el hotel. Entramos en la cocina, donde ya no había nadie, encendimos la luz sentí vertigo al ver la cocina tan vacia, tan extraña. Recorrimos un almacen, el cuarto de lavado. Todo estaba apagado y vacio. Regresamos al bar, el hombre habló con el chico que casi aburrido y mirando el mismo concurso en telvisión esperaba a algún cliente que nunca llegaría. El chico le hizo un gesto de negación y se unió a nuestra busqueda. Al cabo del rato salimos al aparcamiento. Me acerqué al coche que habíamos alquilado en la capital. Ví una nota pegada en el cristal, la cogí. Era la letra de ella: "Me largo, yo no aguanto mas". Me quedé mirando la carretera vacia sin entender. No he vuelto a saber nunca nada mas de ella

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