viernes, abril 18, 2008

Aquí y ahora

¡Joder!, Marian ahora. ¿Como aparece ahora?. Así tan de repente. Cuánto tiempo sin recordarla, sin encontrarla jamás por los recovecos de la memoria y aparece como un fogonazo. El nombre, Marian. Y de repente, detrás de ese nombre, una secuencia velocísima de recuerdos lejanos. Un flashback que se sucede en tu propia cabeza a una velocidad de vertigo. MArian era preciosa o así la recuerdo, aunque claro, estos son los terribles dilemas de la vida, la Marian que yo recuerdo tiene trece años, como yo entonces. Y recordar a Marian es recordar los primeros meses en Venezuela y la sensación de vivir al principio en Caracas, mas perdido que Madeleine (La metáfora es cruel). Y recuerdo que Marian vivía en la Urbina y a mi la Urbina me sonaba a algo lejano, aunque en aquel momento todo me parecía lejano, la Urbina y el mundo mismo. Y creo que ví muy pocas veces a Marian, pero me enamoré, como siempre me pasa y ella me llamaba mucho, muchísimo. Y , por esa cosa de la edad, yo era pequeño y ella era grande y hermosa, pero lo que recuerdo de Marian es que vivía tocada porque había vivido en Estados Unidos y un amigo se había matado delante de ella en monopatín. Y me llamaba mucho y hablabamos horas por teléfono y hacíamos planes de salir pero al final nunca quedabamos y yo recuerdo que me daba vertigo Marian porque ella era muy adulta, a mi me parecía muy serio todo aquello, muy serio y la Urbina un lugar remoto y Caracas una ciudad mas rara que el carajo y de algún modo Caracas y Marian me resultaban cosas parecidas: Atractivas pero de un vértigo tremendo. No recuerdo mucho mas. Recuerdo una boca que era un prodigio, creo que tampoco nos besamos muchas veces, pero las sufiecientes para recordar su boca. No recuerdo como termino todo aquello, a mi me costó unos meses entrar en calor con aquella ciudad, era, claro, eso lo pienso ahora, pequeño y aquella ciudad era frenética y yo venía de Vigo y realmente Caracas y Vigo no se parecen en nada. Me cuesta descifrar aquella época, por eso Marian esta mañana. Por que es una abstracción indescifrable de aquella época que empieza a ser remota. Y uno, como siempre sucede, se pregunta y que coño será de la vida de Marian. Y ahí la cabeza se me dispara. Imagino vidas que seguramente no se parezcan a la suya, a la de verdad. Jamás en mi vida volveré a verla, es imposible o me resulta tan complejo un azar que nos comunique que prefiero pensar que no sucederá. Como dice Poe:"Aceptamos el infinito, que es incomprensible, porque pensar que es finito nos resulta mas incomprensible aún" pues algo así sucede. Pensar que el azar traza su red para cruzarme con Marian en una calle del planeta me resulta mas inabarcable e insolito que pensar que jamás la volveré a ver. Nunca. Mientras tanto fantaseo con una vida que seguramente no ha sido vivida. Recuerdo que hablaba de Estados Unidos, volvería allí, en algún momento. Años después. Viviría con un tipo con el que finalmente no fue feliz y se largó. No se donde. Empezó otra vida. O se quedó en Caracas, podría ser que se quedara en Caracas y estudió no se que carrera a la que luego no se dedicó profesionalmente, se casó y tuvo hijos o vivió sola mucho tiempo o vivió con su madre y aún lo hace o se dedicó a pintar cuadros o se fue a vivir al interior y trabaja en una petrolera o terminó viviendo en Londres, haciendo un master de gestión de empresas.... Joder, Marian: Es imposible conjeturar tu vida, las vidas, a la gente.

1 comentario:

stel dijo...

yo siempre he pensado que es mejor no poder predecir las cosas, ni la vida propia ni la de los demás. Lo que tenga que ser, que sea...
buen viernes!

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