miércoles, abril 23, 2008

Después del manuscrito

Gabriel Cisneros lo terminó de leer el 18 de abril a las seis y media de la tarde. Estaba sentado en el cesped de un parque de Burdeos, llevaba viviendo ahí tres meses. A pesar de sentirse cómodo en la ciudad tenía ganas de volver a casa y volver a la vida rutinaria. Al leer la última frase dejó caer el libro en el suelo y supo entonces que ya nada sería igual a partir de ese momento. Durante cinco minutos se quedó practicamente quieto. Luego reaccionó

Manuela Barrios terminó la lectura del manuscrito en su cama, era tarde, las dos de la madrugada de un 13 de mayo y las doscientas últimas páginas las había leido sin parar. Cerró el libro, cerró los ojos y se puso a llorar. Se levantó de la cama, pago las luces y se quedó durante horas, hasta que amaneció, mirando por la ventana el movimiento casi inexistente de su calle, una calle olvidada y pequeña de Madrid. Al ver el primer coche salir, miró la hora, bajó la persiana y durmió durante doce horas.

Cristina Oleguer terminó de leer el libro en una playa del pacífico mexicano. Ese viaje lo había programado para descansar, para olvidar los dias previos de ese agitado mes de Marzo. Alquiló una cama en una cabaña y pasó cuatro dias leyendo. La lectura, evidentemente, fue obsesiva y condicionó su viaje a ese lugar apartado. Era mediodia. Subió a la cabaña, guardó el libro en una bolsa, caminó hasta Punta Cometa y se quedó horas tratando de tranquilizarse. A última hora de la tarde, mientras el sol se escondía se lanzó hacía el agua desde la parte mas alta del acantilado y murió.


Jaime Verganti concluyó la lectura la noche del 14 de Mayo en una habitación de Paris. Calmado pero decidido, cogió todos su textos y durante horas los fue quemando uno a uno. Al concluir la quema decidió que jamás volvería a escribir.

Marcos Mediodia terminó la lectura el 14 de abril en Buenos Aires. Nada mas terminar, nada mas pasar sus ojos por la última palabra lo lanzó fuerte y desgarrado contra la pared. Se puso a gritar. Abrió la ventena y repitio el mismo grito durante dos horas. Fue detenido por la policia que no logró tranquilizarlo. Al dia siguiente fue puesto en libertad. El grito que repitió durante dos horas Marcos Mediodia fue : "Somos unos pelotudos"

Ellen Callahan lo terminó de leer en Dublin el 17 de Marzo. eran las cuatro de la tarde, no había comido, no había ido a trabajar. Llovía profundamente . Se incorporó, miró la hora y estuvo casi cuatro minutos riendo sin parar. Al terminar de reir se puso en pie, se vistió y salió a la calle. Al rato llamó a un antiguo amigo, quedó en su casa. Hicieron el amor varias veces y cuando el se quedó dormido ella se fue. Sin saberlo aún, se había quedado embarazada.

Frank Koppenhgen lo terminó de leer el 4 de Mayo en Berlín. Durante muchas horas se quedó mirando el mismo punto exacto en algún lugar de la pared. Su novia se desesperó preguntandole hasta el hastío si se sentía bien. Al rato, mientras el no variaba su actitud, ella comenzó a leerlo, dos dias después aparecieron los dos muertos en el salón de su casa. Un vinilo rayado daba saltos en el mismo punto. En el informe alguien, quiza sensible a esas cosas, escribió que el disco que sonaba insistente y repetitivo cuando se encontraron los dos cadaveres era un recopilatorio de música popular de Mali.

David Sensini está en este instante 10:17 del 26 de mayo a punto de terminarlo en una azotea de una avenida de Barquisimeto, Venezuela. Sólamente el futuro conoce su reacción

1 comentario:

Guy Monod dijo...

Este post podria llamarse "Contrapunto".

Esta muy bueno.

.Guy

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