domingo, septiembre 28, 2008

Historias

Se conocían desde hacía casi 20 años. Era una relación sólida, una amistad y una confianza ganada a punta de años juntos, de viajes en común, de tantas cenas hablando de literatura, de politica o debatiendo con entusiasmo algún nuevo programa de la televisión. De esa relación cuadrado se podría decir que no habia fisuras, las parejas se llevaban bien entre todos, no había ningún punto debil y después de 20 años la relación estaba basada en un cariño muy bien cosntruido, en un respeto común y sobre todo en el buen humor de los cuatro. Aquella cena podría ser una cena mas, otra de esas que se mezclarian en el recuerdo, las conversaciones se hilaban, se pasaba de un tema a otro, nada diferente. Alguien propuso una cerveza, una copa para después y así fue. Las mismas risas, los cuatro sentados anarquicamente en una mesa de un sitio mas, de fondo sonaba música no recordable. Asi mientras hablaban sobre la última película de un director afamado, contrastaban opiniones, reflexiones comunes, detalles y recordaban otras peliculas de ese director, cuando de repente Alfred se quedó callado, brevemente, un detalle que nadie percato, todo corría normal, los otros tres hablaban y Alfred comenzó a reirse fuerte, muy fuerte y nadie se percató de nada, la risa de Alfred entre el bullicio, como tantas veces, como tantas noches y Alfred se reía mas y mas y ya hubo algo raro cuando Molly giró y le preguntó con una sonrisa que cual era la risa, y Alfred se desternillaba, se reía cada vez mas fuerte, agarrandose el abdomen, esa risa que no se detiene, y Joseph se sumó a la curiosidad y preguntaron que detalle no habían percatado, que se les había escapado para no comprender la risa de Alfred y Alfred se paró brevemente de reir, porque la risa profunda nunca se detiene en seco, colea un rato sobre las frases que explican el motivo. Alfred aún frotandose los ojos arrastrandoi las lágrimas producidas por la tremenda risa. Y entonces dijo:

.- Jim, es Jim que me estaba contando algo que le pasó ayer.

TRes segundos de silencio entre los tres restantes.

.- Jim, Jim con sus cosas. Jim ayer que salió y que volvió tarde a casa y llegó borracho.

Y de nuevo la risa, la risa que crece. Y nadie comprende. Y Alfred que mira a los otros tres mira a un lado, a un lado vacio e invisible, a un lado vertiginoso que hay a su lado, mira y habla a ese vacio que tiene al lado.

.- Jim, cuéntales. Cuentales lo de anoche, que es buenísimo.

Y ya nunca nada volvió a ser lo mismo. Jim, inevitablemente, se apoderó de todo.

1 comentario:

illot dijo...

qué grande!!

Mi lista de blogs

Afuera