lunes, septiembre 15, 2008

El Tito

EL Tito tocaba las tumbadoras en un grupo de merengue. La orquesta del trueno. La orquesta del trueno era habitual en las fiestas de 15 años y bodas de un club social de la zona oeste, habían llegado a un acuerdo con este club y la frecuencia de toques en este club era practicamente semanal. Con ese dinero, El Tito, buen percusionista y gran bebedor le bastaba para sobrevivir. El Tito se había enganchado a la Orquesta del Trueno quince años antes, en la época en la que aun le gustaba el Rock, hoy sólo escucha Jazz latino y el merengue le parece, unica y exclusivamente, una via económica, sencilla y eficaz. Durante la semana es dificil que salgan fiestas, la gente celebra en fin de semana y los dias de semana todo el tiempo está desocupado, la orquesta del trueno ya apenas ensaya, acomodados a un repertorio que llevan tocando los quince años de su existencia, no necesitan repetir entre semana lo que los fines de semana hacen sin pensar, mecánicamente. EL Tito se levanta tarde, desayuna en la Casa de la Señora Lola cuando los otros casi empiezana comer, pasea fumando por el barrio y baja en bus hasta el centro. Habitualmente termina visitando a una amiga que trabaja en una zapateria de la 20 y que sale a eso de las seis de la tarde. Dan un paseo, hablan de un preyecto de futuro que nunca existirá, la acompaña hasta su casa y se va sólo donde Los Pacheco. Allí hay buena Ganja y se bebe a ritmo frenético, ambas cosas que a El Tito le agradan. El pequeño de Los Pacheco pone música y se forman buenas tertulias en el patio. A El Tito le gustan esas tertulias donde se habla de algunos músicos importantes del Caribe y donde a veces se habla de Literatura. El Tito es callado y le gusta oir hablar al mayor de los Pacheco, un tipo culto e interesado en temas que a los demás les da un poco mas igual. El Tito siempre se queda callado sintiendo que hay cierta distancia entre el sonido y lo que se ve. Eso lo piensa siempre cuando ya es de madrugada y alguna de las chicas le habla y el se despista y de fondo el mayor de los Pacheco habla de poemas que El Tito jamás leerá, piensa, eso si, mucho en esa distancia que hay entre lo que se ve y lo que se escucha, le gusta pensar en eso, en esas capas que sobrevuelan sobre el patio. COmo si todo fuera parte de una orquesta, pero una buena orquesta, no como la de él, no como la orquesta del trueno. Sino esas que suenan en el patio de los Pacheco. COmo si todo fuera eso que se escucha, pero que cuando lo escuchas tu te quedas con un sólo instrumento. Suena una canción, un ritmo perverso, muy marcado, varios instrumentos avanzan juntos, pero tu de repente solo te quedas oyendo el contrabajo, la linea que marca ese instrumento y lo separas de todo, como si el instrumento llevara su propia canción, ajeno a los demás instrumentos, al resto de la canción en sí. EL Tito piensa en eso, piensa que a eso se parece el Patio de los Pacheco e incluso la ciudad y, bien visto, al universo. Eso piensa El Tito mientras el menor de los Pacheco se hace otro y se rie de algo que El Tito ya no sabe que es porque eso que produce su risa el no la ha escuchado porque estaba pensando en eso de las capas, de las velocidades, de la canción que es , de algún modo, el universo. Muy de madrugada, el mayor de los PAcheco termina expulsando, siempre, de mala manera, a todo el mundo. Siempre igual. Siempre a insultos. Va siempre bien, las risas, el buen humor, la literatura, la música y los músicos del caribe y de repente se levanta y grita algo siempre incomprensible. Algo que todos, cada noche, tratan de decifrar. Algo de lo que se han realizado apuestas, y nadie nunca sabe que es lo que dice, esa primera frase engimática. ¿Arabe?, ¿Japones?, Una de las chicas un dia dijo que eso que dice, lo dice en un idioma de otro planeta, pero El Tito lo que cree y no dice a nadie es que eso no es ningún idioma, que eso que grita se lo inventa y que es consciente del enigma creado al respecto. Se levanta grita la frase indescifrable e insulta: "Fuera de aqui, coños de madre" y así, en lenta procesión salen todos de donde los Pacheco. EL Tito vuelve caminando hasta su casa, un paseo largo y solitario. llega tarde, se acuesta mareado y confuso y duerme.

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