lunes, septiembre 29, 2008

Fiestas

Llegué a la fiesta cuando ya había bastante gente. Saludé a los anfitriones y me acerqué a coger algo de beber. Comprendí en ese momento algo en lo que no había reparado, que estaba solo y que no conocía a nadie salvoa los dueños, así que pasee despistadamente entre la gente observando la fiesta. El jardín era amplio, muy cuidado y realmente agradable, lo habían iluminado tenuemente y de fondo sonaba música en directo, me acerqué hasta donde los músicos y me quedé viendoles tocar. Desde la posición donde estaba traté de ver que gente venía a esa fiesta, no estaba acostumbrado a fiestas como esa y quería adivinar o curiosear en ese ambiente diferente. Al rato la anfitriona, la persona que me había invitado y que conocía por trabajo, me llamó y me presentó a alguna gente. Mi poca capacidad para ese tipo de conversaciones se vió compensada por la gran facilidad de los otros, que se manejaban en ese trato con enorme faciliad. Así que durante un buen rato hablé con un grupo de gente de diferentes asuntos tales como los beneficios de un buen vino o algunos sitios donde se come la mejor lubina en la ciudad. No aporté mucho pero escuché y lo pasé bien en ese rato. El grupo se diluyó lentamente,cada fue a saludar a otros y me ví de nuevo solo, asi que me acerqué de nuevo hasta donde los músicos, que comprendí sería mi centro neurálgico durante el rato que permaneciese en esa fiesta. Un hombre se me acercó en ese instanté, saludo con amabilidad y dijo algo que no acabé de escuchar pero asentí, como se asiente cuando no nos atrevemos a decir que no hemos entendido lo que se nos ha dicho. El hombre de repente me llamó por mi nombre y me sorprendió, pregunté si nos conociamos, y no contesto simplemente me dijo que si quería ver algo sorprendente le acompañase. Por alguna extraña razón que aun hoy no alcanzo a comprender le seguí. Pasamos por el jardín y llegamos a una especie de casa de servicio, muy pequeña, realmente pequeña. El hombre abrió una puerta y me dijo que entraramos. Al cruzar la puerta ví a tres tipos enormes dentro, apagaron la luz, y me golpearon cerca de quince minutos, o al menos es me pareció a mi. Luego me ataron, me metieron en un coche y viajaron. Pasaron varias horas o perdi el conocimiento. Me bajaron del coche en medio del campo y me metieron en una casa viejisima. Había dos hombres as ahí. Uno me saludó y me snetó frente a el. Me miró y luego estuvo hablandome durante tres horas. Lloré, reí, pasé por muchas emociones. Me soltaron en medio del monte y no volví a saber de ellos. TArdé cerca de cinco dias en volver a casa. Me repuse y lentamente fui olvidando la incomprensible experiencia. Algun tiempo después me encontré con la anfitriona de la fiesta, casi enfadada me preguntó porque me había ido sin avisar de la fiesta, sin despedirme. Me quedé un minuto callado y le conté lo sucedido. Ella me miró con cierta indignación. Nadie de los invitrados, según ella se correspondía con la descrpción de esa persona. Insistí, le mostré mis moratones. Me miró y me dijo que ella no sabía de que hablaba, que si estaba loco. Me gritó. Desde entonces comencé a espiar obsesivamente aquella casa de la fiesta, noche tras noche observaba los movimientos. Comprendí que hay se movía algo extraño. Movimientos indescifrables, gente que aparecia y se iba o que no salía en toda la noche. Varias semanas despues el hombre que me secuestró apareció en un BMW y se bajó, entró y salió con la mujer, la anfitriona, se montaron en el BMW y arrancaron, les seguí. Salieron de la ciudad por carretera, me mantuve a una distancia prudente. Reconocí el desvio un par de horas después, la carretera estrecha por en medio de la sierra, se dirigian a la casa donde me tuvieron a mi. Reconcí el camino que yo había hecho totalmente golpeado y herido de vuelta. PAré el coche, lo escondí entre los árboles y subí el resto del trayecto caminando entre el bosque. Vi la casa, vi el BMW en la puerta. se abrió, hablaban con normalidad, había risas, ningún sintoma de nada extraño. Salieron al porche, el hombre y la mujer, alguien venía detras. Entonces ví que con ellos venía mi ex mujer, hablando con normalidad, con mucha confianza. Y me quede congelado y sin entender. Aun hoy, sigo sin entender.

1 comentario:

stel dijo...

Hay cosas que es mejor no entender porque a veces, tras la normalidad más absoluta se esconden cosas impensables.
Buenas tardes*

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