jueves, febrero 07, 2008

Leve despertar

Desperté temprano. Muy despacio abrí los ojos y noté el fogonazo de luz del dia en la retina. Un fogonazo, por otro lado, hermoso y tranquilo, la bienvenida diaria a la vida. Amanecía en el mundo, o en este lado del mundo. Desperté despacio, me vinieron, sin elegirlo, algunas imágenes de alguno de los sueños de esa noche y me fui habituando a mi cuerpo, estiré los musculos olvidados en la noche y agité a mi cabeza levemente. Me levanté y noté que las cosas no eran como otras veces, como si ese fuera el primer de algo nuevo, eso lo noté en ese instante. Miré al suelo y fui comprendiendo. Mis pies no se apoyaban en el suelo, no se apoyaban en nada. No había nada. Todo era nebuloso o etereo o inmaterial. Caminé. Avancé unos metros mirando siempre al suelo por miedo a tropezarme. Ví que seguía sin pisar nada. Avancé metros y metros por esa zona inexistente, no había calles, no había casas, no había ruido. Caminé muchos metros, un montón de metros y me encontré con otro que tampoco pisaba suelo, nos miramos sin hablar, como si con la misma mirada ya nos lo dijéramos todo y seguimos descubriendo, cada uno hacía su lado, eso que nos estaba sucediendo. Evidentemente pensé que me había muerto y que ese era el otro barrio, pero comprendí, mucho rato después que no era así, que estaba vivo. Pensé que era un sueño, pero tampoco, aquello, sucedia en un plano real (Siempre que tomemos los sueños por planos irreales) No sonaba música, pero sucedía algo parecido a cuando suena música suave. Me miré los pies descalzos sobre el no suelo y seguí avanzando, dejé de dar zancadas, por que comprendí que sin darlas también avanzaría, y así fue. Avancé empujado por una brisa leve que recordaba a la playa. Así estuve mucho rato, mucho. Avance, avance y sin previo aviso aquel espacio terminó, así, de repente. una linea seca y casi invisible separaba ese lugar etereo de la masa gorda que es la realidad, así concluí el viaje, pero como el cambio era brusco y sin aviso tropecé violentamente y caí en el suelo, un suelo duro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Al empezar a leer, he deducido que a mi pesar en este relato no habría cigarrillos ni cerveza. "Bueno, dado que es un despertar al menos habrá café". Pero no, ¡ni cafe! Desde luego es uno de los textos más sanos y lights que has escrito nunca, lo cual, dado el tema y el título, es todo un acierto.

Salud, compañero.


el Klingsor.

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