domingo, febrero 24, 2008

Cabudare

He soñado que me despertaba y que me ponía a escribir este post. Evidentemente el post, que es este, no era así, no empezaba como está empezando y no recorría los caminos impredecibles de todo texto. En el sueño sé que hablaba de Cabudare, o de la sensación que produce en mi esa palabra y lo que es mas curioso, lo que fue Cabudare, por que aunque Cabudare signifique lo que significa en nada se parecerá ya a lo que yo recuerdo que es, por que toda ciudad o toda población crece, crece hacía la nada, crece hacía lo inabarcable o lo incomprensible, el fin de las ciudades no existe, las ciudades crecen y crecen y varian y nunca son la misma, cada dia mueren y nacen y son otras. Y yo iba a hablar de Cabudare o de lo que recuerdo de Cabudare o las sensaciones de determinadas situaciones en Cabudare. Unas calles que podrían ser cualquier ciudad aunque solo sean calles de Cabudare. Iba a hablar de una noche con Andrea y un montón de lluvia. O Cabudare y sus calles vacias cualquier noche y una extensión de casas imposible e indescriptible. Hacía donde van las calles de Cabudare o hacía donde iban entonces. Cabudare es un laberinto o es un recuerdo laberintico, por que en mi caso lo que viene es una madeja, el laberinto jodidamente enredado de una madeja. Recuerdo una mañana de sábado y esas calles que podrían ser las calles de Cabudare o de Morelia, como comprendería años depués, pero en ese momento era Cabudare y a mi me parecía que Cabudare no era feo, pero tampoco algo que pudieramos llamar bonito. Bonito es San Sebastian o la mayoría de Francia. Bonito es Lisboa, las playas de Almería, las playas de Venezuela, las carreteras de Venezuela, incluso el valle del Turbio que podría ser uno de los límites de Cabudare, pero Cabudare no. Incluso podría decir que para mi, en aquel momento, en aquel instante, Cabudare era horroroso, aunque como siempre pasa todo sucede dentro, hay quien podría discutirme que Cabudare no es tan horrible, incluso ofenderse y decirme que Cabudare es bonito y yo sería incapaz de negarlo. Pero a mi aquella extensión de casas bajas, muy parecidas entre si, de calles desalmadas gobernadas por el calor, que por la noche las recorría la soledad, la autentica imagen de la soledad. Recuerdo Cabudare, alguna tarde en Cabudare, recuerdo alguna noche en Cabudare, recuerdo borracheras en esas calles de noche y creo que Cabudare no existe. Eso es lo que creo, que Cabudare es un invento del sueño que he tenido y en el que me despertaba y escribía este post. Cabudare es un sueño, pues. No lo califiquemos, los sueños, no se pueden calificar. Cabudare no es un buen o un mal sueño, pero todo lo que sucedió en Cabudare fue raro y curiosamente ya no existe, por que en realidad las ciudades, las poblaciones, no existen. Aún así: ¿Que será de la vida de Andrea?.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola hemos notado que tienes un video de cabudare...

Te escribmos desde el portal "Tu Cabudare" Nuevo blog que surge de esta hermosa parte de Venezuela!

Si tienes alguna informacion relevante que quieras compartir con nosotros a cerca de cabudare estaremos al orden!...

http://www.tucabudare.blogspot.com

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