jueves, febrero 21, 2008

El lago del Retiro

A eso de las diez me apoyé en la valla del lago del Retiro. Había mucho silencio alrededor y salvo algún corredor que pasaba esporádicamente no había nadie. Me quedé viendo el reflejo de las luces en la oscuridad del agua y el resplandor de la ciudad detrás de la masa de arboles alrededor del parque. Las luces tiritaban en un agua casi quieta pero que se movía levemente y que le daba al reflejo una curiosa sensación de inquietud. Desde las calles cercanas venía un monótono ruido de coches, una especie de marea continua y pensé que todo aquello era una situación extraña, estar en medio de la ciudad pero en la soledad del parque de noche, rodeado de árboles y el movimiento casi eterno del agua del lago. Noté que hacía rato que ya no pasaba ningún corredor y me golpeó una extraña sensación de vacio. Seguí apoyado en la valla, ví el jugueteo de la luna llena en el agua y recordé que habían anunciado eclipse para esa noche. De repente apareció un hombre de trás de mi, sentí un golpe de tensión, un amago de susto que se quedó en una especie de trueno pasajero en el estómago. Me saludó y se apoyó en la valla justo a mi lado.

.- ¿Es todo eso el reflejo o es el agua el que nos refleja?. La voz era pausada y tranquila y en la oscuridad apenas pude distinguir sus rasgos.

.- Bueno, la realidad siempre ofrece ese juego. Las dos caras o las multiples caras, pero como yo estoy en esta tiendo a pensar, en este caso por ejemplo, que el reflejo es lo que vemos ahora tiritando en el agua.

.- Pero en el fondo nunca sabemos si es cierto, no hay una confirmación objetiva de que realmente no somos mas que reflejos y que el lado reflejado es el otro, el opuesto. ¿Somos el del espejo o el que se mira?. Es siempre la misma duda. La realidad tiende a multiplicarse y a confundir a cada uno de los protagonistas. Supongo que el del espejo o el reflejado también piensan que son ellos, que es un su lado donde realmente sucede todo. Lo real.

.- Nada nos lo afirma, por eso esas reflexiones sobre la multilplicidad de lo real son siempre tan atractivas e incluso casi validas, digo validas como figura poética incluso como reflexión filosófica. Toda duda es valida, aunque aquí cientificamente no haya mucho que demostrar.

.- O podría ser esto que sucede ahora, que yo soy real y tu reflejo.

Sonreí ante la situación extraña y casi absurda. De repente un corredor pasó detrás de nosotros, un ritmo potente, la vista en el suelo. Noté que inmediatamente desapareció, como un reflejo que pierde su lado real. Miré a mi acompañante extraño y vi que se diluía, algunas partes de el se hacían trasparentes, como si de algún modo fuera acuatico. Miré mi reflejo en la casi oscuridad del agua, me vi y dudé:¿Quien de los dos era yo?. De repente me lance o se lanzo o nos lanzamos a enfrentarnos en el agua, atravesé al otro lado y comprendí, anoche comprendí que llevaba una vida siendo reflejo, no sin esfuerzo fui yo quien dejó de ser reflejo y a él, que soy yo, le dejé en aquel lado en el que siempre había estado. Salí corriendo del Parque del Retiro que ya no era reflejo sino el Parque del Retiro real, volví a casa y nada, pero todo, había cambiado. Dormí y acabo de despertar. Estaba contento, relajado sabiendome en el lado real, hasta que todo se ha desvanecido al verme reflejado en el espejo. ¿ Quien de los dos era yo?, ¿Quien de los dos era el real?

1 comentario:

Anónimo dijo...

En el Retiro... Este post hubiera sido imposible hace unos meses.

Un abrazo, atleta.


Klingsor el feminómano.

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