lunes, diciembre 14, 2009

Paseo en el parque

He caminado hasta el parque, Victoria. Hace tanto frío hoy que no sólo se hielan las manos, también el suelo, también el tiempo y los días. Victoria no fue por ti, no fuiste tú, no fue tu voz, fue esa canción. No fuiste tú, créeme, no fue verte ahí cantando, no fue tu pelo en la cara mientras soltabas esas frases, no fueron tus manos apretando las teclas, Victoria. Fue esa canción. Fue esa melodía que va hacia allí que no es ningún sitio. Las melodías como esta se te entierran. Hay algo más que una profunda melancolía. Creo que tiene que ver con los tiempos, con las vidas, con las capas. Nadie, en el fondo, está en nuestro sitio. No fuiste tu, créeme. Pasará el tiempo, pasarán estos días fríos y volveré al parque, pero ahora, hoy, en el parque, es esta canción que no paro de escuchar mientras recuerdo. No fue esa mirada que se desplaza en el humo, en lo desconocido, no es la piel, tu piel, Victoria. Todo va en esa melodía, en tu voz, pero también en la guitarra, en ese ritmo cíclico, en esa reverberación, en la lejanía que lleva todo. Esa canción, te lo aseguro, es como estar y no estar. Se difumina la memoria. Como cuando recuerdas y no sabes del todo que estás recordando, si fue o no fue, si estuviste en esa imagen que ahora sale de tu cabeza. Como cuando vienen las caras borrosas de aquellos amigos y sus nombres vienen a trompicones. Ahora es igual, no hay caras y quizá, esa ausencia la sustituya con la tuya, con el gesto de la boca cantando hacia arriba, hacia el techo de la sala, con tus ojos cerrados. No es por ti Victoria, es por la canción y por el frío y por que es de noche en el parque y no hay nadie y voy solo y pienso que en el fondo se anda siempre en lo mismo. En una extraña melancolía cuando se viene el frío y en la agradable euforia con el calor. Y hoy, Victoria, hoy hace un frío del demonio y la melancolía ataca duro y se vienen otras épocas y suena esta canción, ese estribillo, ese estribillo me hace polvo, me ataca a las entrañas y vienen calles y caras y toda una vida que ya no se vivirá. Una vida entera, Victoria. Una vida que se esfuma y no vuelve. Ya no soy ese nunca más. Ni tu, ni ninguno. Ya no volveremos atrás, a los días de antes. Suena el estribillo y me deja aniquilado, Victoria. No es por ti, es por ese estribillo que tu cantas, es por esa voz que sueltas justo aquí, es por que sucede algo inapreciable, invisible. Es porque esta canción termina y se va cayendo y se pierde tu voz. Es por eso, Victoria Legrand. No es por ti.

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