miércoles, octubre 15, 2008

resultados alterados

La enorme confusión de los elementos nos llevó a pensar que un fallo en las pruebas había dado resultados alterados y que el proceso había fracasado. En algún momento miré al Dr Blanco que miraba perplejo hacía la pizarra buscando una respuesta que jamás obtuvimos. El Dr Blanco abandonó el laboratorio de repente, colgó como cada tarde la bata en el casillero y salió a la calle. Jamás volvió. Durante algunas semanas se trató de localizarle, pero al ser un especimen solitario no había mucha huella de su existencia. Simplemente el Dr Blanco desapareció. A mi me despidieron, el contrato que tenía era por obra y al entregar los resultados simplemente no me renovaron. Vinieron tiempos extraños, me planteé evidentemente tratar de conseguir plaza en la universidad y dar clases, luego bajé el listón y me presenté para los institutos. Finalmente me fui de viaje durante seis meses a Marruecos. Viví un mes y medio en Marrakech y conocí a Abdul, con quién establecí una amistad agradable. Con Abdul viajé al Sahara y ahí tuve unas sensaciones extrañas. La segunda semana en el desierto tuve fiebres y unas terribles diarreas, Abdul me había llevado a casa de sus padres y allí me atendieron. Creo que llegué a delirar o vi algo que espero no fuera real. Nunca lo conté. Una madrugada salí y casi me come el cosmos encima. Fue una manta que de repente te asfixia, se apodera de ti, te cubre y apenas te deja respirar. A lo lejos en medio de la nada vi unas sombras, estaba agotado, débil, pero aquellas sombras se movían tanto y eran tan profundas y potentes que me fui acercando para descifrarlas. Había tres personas, eso fue lo primero que identifiqué, me seguí acercando, el poblado se iba quedando atrás, y me iba acostumbrando, aunque nunca te acostumbres del todo, a ese cielo poderoso sobre la cabeza, la noche exagerada del desierto. Uno de los tres hombres al ver que me acercaba tanto se levantó, vi que tenían algo entre manos, algún objeto no identificable, pensé en magia negra, a uno de los que se quedó sentado le goteaba sangre de una mano, el que se había levantado me habló pero no le comprendí. Luego vi que los otros dos se levantaban, me miraban con cierta violencia uno de ellos tenía la cara empapada pero no parecía sudor, era tan excesivo el goteo que pensé en agua, pero parecía algo mas viscoso, el otro llevaba una camiseta con la cara del Dr Blanco y ahí sentí como jamás había sentido, un golpe único y casi solido, casi visible, de terror, de vértigo. Lo que mas miedo da es lo que no se comprende y aquello no tenía, para mi, ningún sentido. A pesar de la debilidad de los varios días enfermo salí corriendo de allí y volví a donde los padres de Abdul, me metí en la cama y durante mucho reato hice ejercicios de respiración para calmarme y tratar de dormir. Cuando desperté recordé lo sucedido y acordé conmigo mismo, que aquello había sido un delirio, un fallo producido por el agotamiento. Volvimos a Marrakech, pero algo en la actitud de Abdul había cambiado, me fui a Casablanca, luego estuve en Rabat, finalmente llegué a Fez donde pasé los mejores días de aquel viaje. Al tiempo volví a casa. Tuve varias propuestas de trabajo para varios laboratorios. Fue entonces que alguien me dijo que habían encontrado el cadáver del Dr Blanco en Budapest, que aparentemente se había suicidado. Yo recordé la noche del desierto, pero seguí convencido del delirio, aunque siempre, siempre, en estas cosas te queda la duda.

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