martes, octubre 21, 2008

Eloy Guerra

Eloy Guerra jamás había escrito. Ni siquiera era un gran lector. Era de esos que de vez en cuando coge un libro, sin demasiadas exigencias, casi simpre regido por el criterio del "Que sea entretenido", en la mayoría de las ocasiones aprovechando unas vacaciones o alguna época de poco trabajo y de facilidad horaria para el ocio. Eloy Guerra rozaba la literatura, pero de lado, sin ambiciones ni sed de conocimiento. La literatura era una via de distracción y los ingredientes eran sencillos. Un buen argumento sin demasiados recovecos, sin excesos en descripciones ni demasiadas filigranas con el pensamiento. La psicologia de los personajes sencillas, un breve retrato de un tipo colocado en una situación particular. Si inquietud, sin una motivación aparente, Eloy sacó el portatil, casi por azar en un vuelo transatlántico y comenzó a escribir un relato breve que terminó extendiendose. Abrió un nuevo documento Word sin saber muy bien por que lo hacía, pensó una primera frase, el ejercicio o su entretenimiento era pensar en una primera frase, vió que aquello tenía su complejidad. No hbía nada y debía encontrar una primera frase, sabía que na vez puesta la primera el resto vendría encadenado, pero Eloy sentía que el truco de ese ejercicio estaba en encontrar una sonora primera frase. Lanzó los dedos al teclado y la escribió. Así comenzó la travesía. Eloy agitado en un vuelo con dirección a New York donde por motivos de trabajo tendría que pasar un par de semanas, Eloy que se recrea, Eloy que se entrega, que piensa, que borra y arranca. Eloy que siente que sufre cierta excitación, inventa una vida ajena, un tipo irreal. Eloy que descubre un placer negado. Aterriza el avión, coge un taxi y va hasta el Hotel. No sale esa noche, sufre el Jet Lag entregado al texto. No duerme, amanece. Cumple de manera veloz con sus compromisos laborales en Nueva York, unas cuántas reuniones aburridas, unas visitas a clientes, algún encuentro nocturno, todo impedimentos que le separan del texto. Eloy recupera ese tiempo que el ahora considera perdido dejando de dormir. Escribe afectado por una especie de delirio o eso piensa el, que en su escritura hay algo parecido al delirio. Se recrea en eso, en su propio delirio, y siente cierta fascinación por esa realidad paralela que hay en su texto.

El único libro existente o encontrado de Eloy Guerra es una de las cumbres de la literatura Latinoamericana. Profundo y tremendo, navega esta obra sobre las aguas mas agitadas de la naturaleza humana, el dolor y la supervivencia a ese dolor, la psicologia de unos personajes memorables, construidos con tiento, con delizadeza, personajes memorables, míticos, que sobrevuelan la vida humana y l manera en que esta se enfrenta al destino. Eloy Guerra es filosofía pura, pero tiene algo de filosofía extrema, los pensamientos mas profundos de un grupo de seres humanos agitados y viviendo una situación casi paranormal, la realidad como mazazo. Una obra única e irrepetible.

Se ha buscado una y otra vez la huella de este ejecutivo de una macroempresa informática. Viviendo una vida alejada del romanticismo o la idea al uso del literato. No hay un rastro de literatura en la vida de Eloy. Reuniones empresariales, mucha entrega a esa vida. Viajes de negocios, estratega empresarial, el hombre de decisiones importantes no esconde, no hay una sola señal de esconder, a ese autor desgarrado y tremendo, atemporal, trascendente. Si se saben las condiciones en las que escribió o comenzó a escribir la obra fue por que al volver de ese viaje se lo contó entre risas a su mujer, como el que ha encontrado muchos ratos de entretenimiento y cierto fanatismo en hacer sudokus o jugar al tetris en los periodos muertos que tiene todo viaje de trabajo. Eloy encontró placer o diversión en escribir aquella obra, aquella cumbre, como tantas veces en otros viajes se había enredado con sudokus de nivel complejo y los que algunos le habían llevado a acostarse tarde muchas noches, en hoteles cómodos pero donde se acentuaba su sensación de aburrimiento. Eloy murió pocos dias después en un accidente de coche. El texto lo recuperó la mujer para tener algo de Eloy, sus últimos momentos. El texto permaneció años enterrado en un disco duro, siendo leido esporádicamente por la mujer y el mayor de los hijos de Eloy, que apenas entendian el mótivo y el universo extraño que Eloy narra en ese portento. LA mujer rehizo su vida, se casó tiempo después. Una tarde de domingo, su marido la ve leer sin excesiva atención el texto olvidado de Eloy. Le pregunta y se interesa. Ella contesta que no entiende el significado de ese juego, le cuenta la excitación de Eloy al llegar de viaje, la narración de como había surgido, incluso cuenta que en algún momento Eloy planea hacer mas textos, "Quizá estas vacaciones". El marido lee y entiende que el texto es bueno, desolador, desgarrado, pero bueno. Lo imprime y lo lleva a su oficina. Una cadena inevitable, porque lo que así comienza no se para hace que el texto, que tiene algo de adictivo, pase de mano en mano. Así llega a nuestras manos "Extraños y perdidos". Agradezcamos a esa cadena indescifrable de manos que se fueron pasando unas a otras ese texto maravilloso, agradezcamos ese detino feliz que nos trajo a todos "Extraños y perdidos".

2 comentarios:

Denzura dijo...

¿Cómo puedo tener en mis manos Extraños y Perdidos?


MeL

Guy Monod dijo...

Quiero escribir como Eloy

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