jueves, octubre 16, 2008

Once años después

La última vez que la vi fue hace once años. Subía a casa llorando de despedirme de todos estos, con una sensación entre la nostalgia y la épica que dudo vuelva a sentir, marqué su piso antes de marcar el 10 que era el mio. Me bajé y toqué en su puerta para despedirme. Yo sabía que aquello era definitivo, casi no hablamos, nos dimos un pequeño abrazo y me fui. Se acabo, así creo que se cerró una étapa. Desde ese instate mi vida había cambiado radicalmente y si algo tenía en ese instante era la certeza de que así era. Había en aquello cierto temor, pero a su vez era lo que empujaba. Se acababa si, pero es que se tenía que acabar. Todo aquello, aquella gente, aquellas ciudades, aquella vida se qedaba atrás y yo recorría aquellas horas con una conciencia casi exagerada de que así era. Miraba cada calle tratando de no olvidar detalle, cada cara, cada frase y si me fui a despedir de ella en el último momento era porque nadie como ella representaba aquel ciclo que estaba agonizando. Ella era el simbolo definitivo de todo aquello, de los nueve años que se cerraban.

Muchas veces, evidentemente, he vuelto a pensar en ella. Con el tiempo se fue convirtiendo en una figura con un cierto halo de ficción, esa gente del pasado que en nuestra cabeza se convierten casi en algo imaginado mas que en algo real. Así le podía atribuir la magia o el destino que yo quisiera, tenía la libertad total de recrear una vida casi a mi antojo, o al antojo de mis exageradas melancolías. La convertí sobre todo en un olor, un olor que nunca volvía oler, pero era, curiosamente un olor, parecido al de algunos perfumes que alguna vez he olido por la calle. No exactamente ese que he olido en metro, autobuses o esquinas de calles de Madrid pero muy parecido.El año que volví allí no la vi, como dormí otra vez en aquel edificio miré muchas veces hacía su ventana donde yo sabía y todos me habían dicho que ya no vivía. La ventana estaba igual,las casas cambian mucho por dentro, pero las ventanas apenas cambian, es dificil que se cambien las ventanas en unas reformas de un piso de un edificio, estas estaban igual, pero a ella no la vi. Tampoco hice el intento de buscarla, cosa de la que luego me arrepetí.

Hace tres dias he vuelto a saber de ella, nos hemos intercambiado tres mensajes donde de manera algo veloz nos hemos contado nuestros respectivos presentes. Me parece que no tengo absolutamente nada que ver con ella, nada. Eso lo sospechaba entonces, pero la dirección vital de cada uno lo ha demostrado o creo que lo ha demostrado. En cualquier caso hay una distancia física pero además otras distancias inalterables, pero aún y a pesar de eso, a pesar de lo correcto de los mensajes, que no se han excedido ni una frase en lo emotivo, de esa distancia insalvable, de esas vidas ajenas hay un transfondo,o creo ver, quizá imagino, un transfondo mas hondo. Hay algo además de fascinación con el paso del tiempo. Once años dan mucho de si. En once años se viven por lo menos dos o tres vidas. Si te descuelgas tanto tiempo de alguien once años después te cuesta explicarte esa persona, con esas varias vidas de las que no tienes ni idea. Vete tu a saber de sus angustias y de sus grandes momentos, de sus tedios, de esas cosas que brevemente la han ido transformando. Cuando ves a alguien once años después hay mas incomprensión, casi, que cuando conoces a una persona de cero. Nos resultan mas incomprensibles. Tu intuyes a aquel en este, pero no es del todo o no es casi nada. La misma cara es pero no es, el estilo que se adivina en esa foto tomada rápidamente sin ninguna retensión te ofrece una imagen en la que te resulta extraño ver a esa persona de entonces. Si, es la misma, apenas variaciones en los rasgos, son tan mínimas que las hacen casi ya otro rostro. Se ha ensanchado muy leve la cara, los ojos están, casi imperceptiblemente, mas enterrados, hay otros que ni percatas, no descifras pero en esas minimas variaciones ya hay otra persona que ha ido absorviendo esos once años qe tu desconoces. Entonces hablamos en tres mensajes brevemente con aquel de entonces, ella hablará con aquel que fui y que yo creo que es el mismo y seguramente ya es otro también. Yo he estado estos once años conmigo y no percibo la variación diaria, pero caminé por el lado, por este por el que voy y no tengo la comparación de aquel y este y ella habla con aqul como yo hablo con aquella mas que con esta y algo tiene de viaje en el tiempo, de desdoblamiento temporal. Nos buscamos ella y yo en el otro que ya no es, que ya se fue, que se fue modificando diariamente, ns buscamos yo en ella hace once año, ella en mi hace once años, en el fondo te buscas para tratar de entender y lo mas extraño es que nada nunca se comprende. Ahora mismo se es siempre otro

No hay comentarios.:

Mi lista de blogs

Afuera