miércoles, octubre 28, 2009

Bibliografía

Publicó su primer y único libro a los 27 años. El libro era malo bajo un criterio de calidad indefinible y abstracto que existe en la literatura. La mala literatura es mala por mala, no hay otro motivo. Hay tipos que usan la palabra con habilidad, manejan el lenguaje con mucha técnica, como técnica es la estructura de sus historias, pero sin embargo lo contado ser malo. Aquel libro era malo porque seguramente hablaba desde el resentimiento. Se puede usar la literatura como metafórico ajuste de cuentas, pero no como venganza. Esa es una batalla sucia y se puede ser sucio con la literatura pero no deshonesto, para eso está la política y el periodismo. Aquel libro no era malo en el sentido técnico, pero no había nada. Podría parecer un tópico pero hay quien escribe para los demás y quien lo hace por salvación, por grito, por enfermedad. Bien pensado escribir, la necesidad de escribir, es una enfermedad. Una enfermedad que te lleva a estar sentado durante horas frente a un texto, a símbolos. Darle forma al dolor o la que sea que se esconde y no se comprende en forma de letras. Eso es retorcido, es complejo, tedioso. Aquel libro sin embargo no estaba escrito desde esa necesidad imperiosa, estaba escrito para la rueda de prensa, para la presentación, para el padre. Sospecho que mucha gente hace su actividad pensando en el padre. Ser escritor es de alguna manera un brillo, o así lo vende esta sociedad. Aquel tipo, era evidente, tenía un conflicto paterno. Su ego extraño, su necesidad de mostrar una vida que objetivamente no tenía nada de atractivo, su necesidad de ser público escondían a un tipo que en el fondo buscaba conquistar al padre, el que seguramente no le prestó demasiada atención. Aunque, cierto es, que se puede escribir por ego, porque el ego no deja de ser dolor jamás debería ser esa la materia principal de esos símbolos indestructibles que son las letras escritas. El libro era malo, como malos fueron sus siguientes intentos de literatura. Los argumentos seguían siendo ajustes de cuentas en forma de venganza: Venganza con la hermana, con el hermano, con la ex-novia, con su padre, con viejos amigos, con el que se burló de él en el colegio. Está bien poner a caldo a los demás si se siente esa necesidad, pero ante todo hay que ser elegantes. La literatura es algo serio, no es un borracho al que contarle los problemas, tampoco la portera con la que cotillear de los vecinos. Se puede escribir, hay que escribir, un texto, un diario, un blog, hojas sueltas, letras de canciones, mails, pero no convertirlo en tu espectáculo. La aspiración no debe ser la presentación de tu libro. Ahí el texto ya no te importa. Al que escribe el texto sólo le importa en presente, aunque esté quince años escribiendo un texto. La literatura es presente, aquí, ahora. Lo demás, lo escrito, ya no es tuyo, no te pertenece. En lo que va escrito el que escribe ya está muerto. Y el busco la gloria en eso, en esos pedazos de él que ya estaban muertos y así, y de esa manera, fue que se encontró con el horror.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estará pensando H.S. en alguien en particular?...

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