sábado, octubre 03, 2009

1ª Carta

Realmente para dirigirme por primera vez a ti, me da por pensar que lo sensato sería hablarte del estado del mundo, narrarte rápidamente lo que hoy ha acontecido ahí afuera. Titulares veloces de lo que ha podido pasar en esta primera vez, pero no sirvo mucho para eso. Tiendo a pensar que esas cosas son caducas y poco importantes, y esto de algún modo es un error. Sin embargo prefiero hablarte de otras realidades, quizá las emocionales. De las percepciones de hoy. Un hermosísimo día de sol, con luz potente en el cielo. Este, el cielo, estaba azul, muy azul. Parecía un dia de verano retrasado, que se había olvidado de ubicarse por allí por julio o agosto y ha venido hoy, como esa gente que llega tarde a todas partes, y ha aparecido con retraso este 3 de octubre y hoy, que ya es otoño, parecía verano. He ido con el aspecto que se lleva en verano, camiseta, bermudas. Esa ropa, suelo pensar, te aligera el pensamiento. Mi conflicto con el invierno creo que nace un poco de ahí, de ese exagerado montón de tela que llevamos encima. Es como que mis emociones se estancan entre tanto jersey y chaqueta y tanta ropa te hace menos vital. Como que la piel no se siente tan real. Hemos paseado ligeramente. Hemos hablado del desamor, porque mi hermano pequeño, a quien conocerás y quien te caerá especialmente bien, sospecho, anda jodido por tal asunto. Tratamos de animarle contándole las experiencias personales de cada uno, pero por mas que insistimos el tipo lleva un celofán de nostalgia encima que no es capaz de quitarse y eso, por supuesto, también lo entendemos, porque cuando has llevado ese celofán encima, sabes que no es ninguna tontería romperlo y quitárselo. Ha habido, sin embargo, un instante que ha motivado esta primera conexión contigo. No es algo muy concreto, de hecho ese es un rasgo habitual de quien te escribe, no siempre favorable. Ser concreto no es mi fuerte. El caso es que veía un videoclip que he visto mil veces, pero a mi hermano pequeño le apetecía verlo y como está en ese estado celofánico hemos decidido complacerle. Viendo esas imágenes muy precisas me he ido desviando de lo que sucedía en la pantalla para irme creando una ficción donde casi te veía recorriendo espacios parecidos, he sentido con intensidad parte de tu mundo, he notado una cercanía. Mientras se sucedían las imágenes he sentido una enorme necesidad de escribirte, preguntarte como estás, que tal va todo por allí, de enviarte esta nota, que de algún modo es charlar contigo, de tenerte por aquí. Oigo una canción preciosa de un tipo que se llama Elvis Perkins, It´s Only me, mientras te prefiguro, mientras te voy poniendo rostro, mientras fantaseo con ese día que aterrices y vayamos a recogerte y te abramos la puerta de casa y te quedes. Créeme, cuento los días.


PD: Te agrego el Link del video. Ya me contarás que te parece.

http://www.youtube.com/watch?v=u7K72X4eo_s

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo sospecho que él nos va a caer fenomenal a todos. Me apunto a lo de contar los días!
Firmado: :-)

Mi lista de blogs

Afuera