jueves, septiembre 16, 2010

Agosto en septiembre

La imagen tiene mucho de barco. Hay un tipo tumbado en la acera en esa noche de septiembre que parece una noche de Julio (por caliente, por encendida). El tipo se acaricia los pies mientras lee. Está tumbado sobre un colchón ennegrecido de la roña callejera y lee concentrado, casi poseído. Estoy comprando un medicamento en la farmacia que está justo a su lado y que abre 24 horas al día. Sospecho que él pernocta ahí por asunto de luz y de que hay paso toda la noche, esos que desvelados, acelerados o preocupados van en medio de la madrugada en busca de droga para paliar el dolor y cualquiera, agitado por el agobio y la preocupación dejen caer en su tarrito de metal las monedas que sobran del cambio por ese medicamento que bajará la fiebre al niño o dará tregua al enfermo. Compro mi medicina, que como tantas veces, he olvidado renovar y me he visto con la urgencia de salir en bicicleta en medio de la noche a esa farmacia en la que ya empiezo a ser habitual. Hace calor, mucho calor y mientras el farmacéutico, que tras las rejas que le protegen de la noche, se pierde en el almacén; observo casi hipnotizado la manera en que ese vagabundo, concentrado y en actitud de relajo, tumbado en su colch lee un libro que durante muchos segundos me empeño en descifrar su título. Vuelve el farmaceutico con mi anticoagulante y pago, me guardo la caja en el bolsillo y empiezo a montarme en la bicicleta cuando alcanzo a leer el título "El corazón de las tinieblas" de Conrad. Me detengo, dejo de subirme a la bicicleta. Hay algo tremendo en la imagen de ese coronel Kurtz urbano leyendo en el fondo de su jungla un libro que en el fondo le relata. EL tipo se gira y me mira mirándole, creo en ese momento que me va a hablar del horror, del poder salvaje del ser humano, de su esencia brutal, de lo inhóspito de la naturaleza:

.- Hace calor, ¿verdad?

.- Mucho- me contesta- Mira ese reloj de ahí, marca 32 grados y es la 1 ya.

Giro y miro el reloj de calle.

.-No parece septiembre

.- No. Es agosto en septiembre. A veces unos meses se cuelan en el siguiente- argumenta con acento gallego muy cerrado.

.- Cierto. Buenas noches, amigo.

.- Buenas noches.

Arranco la bicicleta y el vuelve a su lectura. La escena me produce dudas, las dudas que genera el misterio, las dudas que siempre me produce un tipo que duerme a la intemperie en medio del asfalto y la noche. Las dudas del enigma de las vidas de los otros. Pedaleo.

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