viernes, mayo 28, 2010

Biografía musical

A principios del 2003 me uno a Morning Night como guitarrista de apoyo y arreglos de teclas y detalles rítmicos en una gira extensa que empieza en el sur de CAlifornia y termina en septiembre en un festival independiente de Hungría. Morning Night acababa de publicar un albúm que rompe y lanza el Pop eléctrico a una atmosférica e interesante gama de Noise Dream y Pop épico. La gira es devastadora pero me propociona el dinero suficiente para pasar 2004 relajado en el sur de España. Allí investigo con un alemán que tiene montado un estudio cerca de la playa las posibilidades de crear un disco puramente electrónico y experimental con la idea de crear un concepto cercano al soundtrack. El disco nunca lo concluimos, a cambio sufro un deterioro psicológico importante. Mi vida se centra en la noche. Logro emplarmar días enteros sin dormir, conociendo turistas sin límites y lugareños desenfrenados. Ese verano me llaman para unirme a un grupo canadiense en su gira por Estados Unidos, reviso el estado de mis cuentas, escucho las canciones y analizo la propuesta, dos meses después estoy en los escenarios de festivales y en carreteras americanas. Los canadienses parecen una secta sin serlo. Generalmente me aburro en la gira. EL grupo tiene una lucha bestial entre los dos cantantes y la sección de cuerdas. Yo colaboro de bajista. En el penultimo concierto discuto con uno de los cantantes y le digo que su grupo no llegará a nada, que su grupo es una oda a la mediocridad y que su propuesta es absurda. En mitad de ese concierto dejo de tocar, hay, durante media canción, tensión entre todos los integrantes, pero yo no decaigo en mi acto, al contrario. Doy pasos al frente y en actitud provocadora, lanzo el bajo al suelo y miro al público, el cantante primero me susurra al oido que por díos siga tocando, le miro y le escupo, me da un puñetazo yo le devuelvo otro. Se desata la histeria en el público asistente. La mayoría de los asistentes se terminan creyendo que aquello es parte del show. Evidentemente la gracia me cuesta reputación y por lo tanto menos llamadas. Me voy a Berlín a involucrarme en la electrónica de Alemania. Alli trabajo y me uno a un grupo de Punk electrónico. comparto apartamento con un inglés que no cree en la música y planea destruir todo desde dentro. Su plan es disparatado y enloquecido, pero yo todas las noches escucho sus largos discursos sobre el fin de la música y sobre esa forma de violencia invisible que el llama terrorismo musical. En Berlín mis perspectivas profesionales se hunden, en Berlín no hay dinero y me largo a Londres. En Londres entro a trabajar en un popular estudio como músico para grabaciones. Allí grabo discos de muchachas que van a ser estrellas pop y algún fenómeno consolidado, gano buen dinero y me planteo, por primera vez, hacer mi primer proyecto en solitario: Una colección de canciones inspiradas en calles de la capital inglesa. El proyecto jamás lo concluyo pero logro vender algunas composiciones para la banda sonora de una serie con poca audiencia. Participo en el colectivo London Sound and Visions como interprete instrumentista. Hago mis primeras sesiones de Dj. Como Dj comienzo una carrera veloz. Al poco estoy viajando por todos los festivales veraniegos de europa. En Barcelona aterrizo en el Sonar, uno de los importantes festivales de música electrónica, y conozco a una gallega con la que me quedo a vivir. Vivo de sesiones salvajes en fiestas para extranjeros. La gallega es adicta al cristal y a mi me empuja al abismo. Nos vamos a vivir a Sitges. En Sitges alquilamos una casa casi abandonada a las afueras. Ella vive siempre postergada en un sofá que hemos encontrado en la calle y yo creo ver una nueva forma de composiciones eléctricas cargadas de cuerdas. Invierto el dinero que me queda en grabar a un cuarteto las composiciones que he escrito bajo los efectos del cristal, cuando termino de grabar agrego capas de ruido y sonidos pregrabados en salidas nocturnas a la playa. El resultado es atroz, pero yo no soy consciente de ello hasta pasados los años. La gallega se suicida, la encuentro una tarde colgada de una soga sobre el sofá, la banda sonora de su suicidio es ese experimento sonoro. Me largo de Sitges, me largo de España. Aterrizo en Nueva York. Busco a James M. que tiene mucho éxito con su sello de punk.funk, colaboro como bajista de Le Lion. He dejado el cristal pero he vuelto a la cocaína. Con Le Lion giramos por Estados Unidos y parte de Canada. Una noche confieso mi pasión a la chica de los teclados. Hacemos el amor, pero al terminar me llama inutil. No nos hablamos el resto de la gira. De vuelta a Nueva York hablo con James M. y le propongo producir mi primer disco. James dice que no tengo talento y la confesión me hunde en una profunda depresión. Me largo a París, en París las cosas se vienen abajo, termino viviendo lejos no ya del centro, sino lejos del mundo. Me planteo abandonar la música. Encuentro trabajo en lugar de Kebabs pero aguanto tres turnos. Veo un precipicio ante mi. Vivo mal. Deambulo por las calles en invierno y siento más frio que nunca. Conozco a un marroquí que me habla de Marrakech, de instrumentos, de mercados. Nos largamos. EN Marrakech trabajo haciendo isntrumentos para un tipo que tiene una tienda llena de fotos con Robert Plant. Conozco a Robert Plant y me trata con desprecio. Definitivamente abandono la música. Ahora vivo de la venta de abrasivos en el lago de Maracaibo.

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