sábado, junio 05, 2010

Voz

Tiene algo de delicia, de exquisitez. Nada de esto está pasando, claro que lo se, así que no insistas en recordarlo. Disfrutemos, nada más, de este delicioso y exquisito momento. No pares de susurrar. Sigue rellenando los huecos de esta habitación con ese susurro casi inaudible. Ya no entra luz por la ventana y no seré yo el que encienda velas o luces artificiales. Dejemos todo a oscuras y sigue susurrando de ese modo infinito, sigue con ese hilo de sonido que sujeta motas de polvo por toda la habitación, yo seguiré aquí sentado, recogido de modo circular. Ya luego trataré de descifrar palabras en ese murmullo constante. Ahora abro los oídos, dejo abiertas las compuertas y que vaya pasando todo lo que acontece en este rectángulo. Está todo quieto: Los libros en su sitio, las butacas colocadas, la mesilla con la lámpara. El fantasmagórico estado de las cosas cuando permaneces a oscuras, inhabitadas. Así habita está habitación cuando no hay nadie, así viven los elementos cuando nadie los vive. Todo tan detenido, tan a oscuras. Me quedo aquí, recogido y tu sigues susurrando, esa fila de frases indescifrables. Si no me muevo, si apenas respiro engaño al entorno y se cree que no estoy y actúa la habitación como cuando no hay nadie, la casa vacía, el susurro de tu voz que aparece, seguro cuando yo no estoy y te escucho, deambula tu susurro por entre el aire cerrado. Imagino ese chorro deslizándose como culebra por el ambiente de esta sala. Así, de esta manera, puedo participar en esta fiesta de las cosas inanimadas, en esta quietud inquebrantable. Todo tan quieto y tu susurro, tu voz que viene de tan lejos recorriendo en espirales acústicas esta sala. Así es, sospecho, siempre que salgo, que llega la noche y yo no estoy, todo quieto, todo silencioso menos tu susurro y así será a partir de ahora, yo aquí recogido e inmóvil, todo en su sitio, inanimado y tu susurro lejano, constante, permanente e indescifrable, que recorre esta sala desde aquel día lejano que caíste. ¿Por qué vuelves aquí? ¿Por qué a esta sala? ¿ Cómo escogiste habitar invisiblemente esta habitación? Aquí me quedo. Te escucho, ya habrá tiempo de descifrar tu susurro de donde sea que venga.

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