lunes, enero 18, 2010

La tía de Paul McCartney

Finalmente hay teorías de todo tipo. La teoría del caos, que es ordenadamente hermosa. La teoría del big bang que es explosivamente universal. La teoría de la relatividad. Teorías demostrables, teorías que se caen. Teorías que van y vienen y se olvidan; teorías populares que tienen que ver más con leyendas y fábulas urbanas que con realidades o teorías que aporten algo a la evolución. Son invenciones o realidades que crecen ajenas a la información o la realidad impuesta por lo que sucede en la prensa escrita, televisión o de cualquier medio habitual de información. Emergen en la oscuridad de un callejón donde un borracho la crea ajeno a su repercusión, o crecen a pesar de la obstrucción mediatica; Y en eso basábamos nuestras reuniones, por eso fuimos creciendo como grupo, como ente, casi como una religión. No creíamos en que Elvis estuviera vivo, no. Eso es una tontería. Tampoco creíamos o asegurábamos que Paul estuviera muerto. No. Eso lo desconocemos No era eso nada de eso; pero si asegurábamos que esa señora transformada en señor, ese travesti no podía ser, en ningún caso, el mismo Paul, el dulce Paul de los Beatles. No mostrábamos grabaciones o la portada del Abbey Road con el pobre Paul descalzo. No eran esos nuestros métodos. Nosotros nos basábamos en algo mas evidente. La vista, la mirada, lo que se ve. Ese tipo, por más que insistan, no es McCartney. Se parece, se parece mucho, pero se parece como mi hermana se parece a la tía Sarita, aquella tía solterona que vivió durante años sola y que cumplía cada uno de los rasgos de la señora de edad que toma café con pastas a media tarde. En eso se parece Paul a este Paul. Ese Paul que nos hacen creer que es Paul y que no hay más que mirarle para darse cuenta que un tipo con ese rostro, con esos gestos, con ese pelo, no puede ser el mismo de "When I´m Sixty four".

No somos fanáticos, no pensamos atentar contra este otro Paul (¿Cuál será su nombre verdadero?). No va con nosotros esa ira. Sabemos que él no es Paul, no hay más que mirarle. Defendemos esa teoría, cierto, no científica, no demostrada, pero no pensamos llegar a más. Cuando mucho nos gustaría tener cierta repercusión, quizá desmontar el bulo, la farsa, incluso hablar con este Paul que no es Paul, preguntarle por el otro. Entrevistarnos con él, preguntarle que se siente ser un Paul que no es Paul, darle nuestra opinión (Constructiva, eso si) sobre como ha manejado la personalidad de Paul desde que él es Paul. Trasmitirle algunas opiniones sobre su, a nuestro modo de entender, manera equivocada de manejar la personalidad de Paul como sustituto del Paul real. Por supuesto no queremos hacer mucho ruido. Los medios en seguida te confunden con los loquitos que aseguran ser Elvis o esa nueva camada de fanáticos que aseguran haber visto a Michael después de la muerte de Michael. Nosotros somos seguidores de la mejor banda de Pop de la historia. Coleccionistas de discos, amantes de esa revolución que significó The Beatles. Nada más. Crecimos como grupo poco a poco. Reuniones donde hablábamos de anécdotas conocidas, otras menos. Información que nos llegaba. Escuchas profundas de toda la discografía. Así hasta que alguien planteo la duda: "os parece que Paul es Paul" y claro, sólo hay que verle andar, verles sonreir a este Paul y al buen Paul para comprender. Que hay semejanzas, esos parecidos que trae la genética, pero que este Paul, bien mirado, parece la tía abuela de Paul y no Paul. Y no me tome a mal. Este puede hacer cosas relativamente bien. Sale de gira, imita bien su voz, se divorcia, parece simpático, pero no es Paul. Realmente ¿Usted ve a este Paul y se le imagina componiendo Yesterday? Sea sincero, ¿Le parece, acaso, que ese impostor tiene cara de haber compuesto Eleanor Rigby? En eso nos basamos, nada más. No hay otra prueba, salvo la prueba de la imagen, esa imagen en la que uno espera ver la mirada de Paul y se encuentra con la mirada de otra británica más, de las de Té y humor irónico. E insisto no queremos nada de él (ella). Sólo queremos que se desvele su verdadera identidad y, de paso, que nos cuente que fue de Paul, que si a solas, en su encierro, sigue cantando del mismo modo Penny Lane.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué duro envejecer... o no querer envejecer... Y más duro todavía ser un tío y acabar apareciéndote a tu tía abuela!!!

illot dijo...

Muy bueno!!

andreitap123@gmail.com dijo...

Totalmente de acuerdo.
Hasta siento que me he desahogado yo también.

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