domingo, marzo 11, 2007

Por la carretera

Media tarde y el sol se pone allí a lo lejos, o por no ser nada o muy poeticos, el sol se pone allí, a tomar por culo. Uno podría buscar y rebuscar la frase, la metafora en el fondo del oceano y seimpre, siempre sería cursi la descripción de un atardecer en la inmensidad de Castilla la Mancha (Aunque el paisaje de la Mancha sea de todo menos cursi), pero que carajo tienen los atardeceres esos bestiales que tanto hipnotizan. La diaria despedida del Sol ( Ya viene, ya viene ese no se que cursi). El naranja brutal, los matices, la nube, la inmensidad, la planicie. El coche que atraviesa junto a los otros coches. Comienzan a encenderse las luces en las gasolineras, en los clubs de carreteras que globalizan siempre la estetica del neon. La animación extraña de unas piernas, los nombres que se repiten, Club "Los angeles de Charly", (Cuantos clubs del mundo tendrán ese nombre, esos mismos colores en el neon que asoma a la carretera?), las historias que uno casi prefiere ni imaginar y que se suceden a partir de ese momento y hasta que el sol vuelve a aparecer por el lado exactamente opuesto a por donde le estamos viendo irse que coincidirá exactamente con el momento en que el neón deje de iluminar intermitentemente ese tramo de la A-4.
Anochece en este trozo del planeta. Avanza el universo. Siempre me da por ponerme Cósmico. Me imagino la bola terrestre avanzando por el medio de ese montón de espacio infinito. El sol allí, lejos de cojones y sin embargo tan cerca, tan como si se pudiera tocar. El sol que lo pone todo de un naranja apagadillo que es hermoso (¡¡ay Leprince!!... ¿Hermoso?, ¿Que palabra es esa?), y la planicie que no se acaba nunca, que da la sensación de ser una esplanada cósmica que termina allí donde comienza el sol. La luz que se va, que no se detiene, la noche que comienza su enigmatica presencia. Se pone oscura la carretera, Toman presencia los neones, las luces de los coches que van y vienen, el letrero de repsol. Al lado, rapido y veloz pasa un coche que no reconozco, nunca supe de marcas, nos adelanta y sucede ese instante extraño que los dos coches van a la par, unos cuantos metros, unos pocos segundos que se va tan cerca, tan ventana con ventana. Ella, copiloto, me mira a mi copiloto. Nos reconocemos ahí en medio de la Mancha, del principio de la noche, nos quedamos con el gesto en la punta de la mano, a punto de saludarnos, casi a punto de gritar:"¿Como te ha ido?", avanza del todo y se pierden por delante, alejandose en la larga recta. Me quedo unos minutos pensando en aquella época de mi vida y vuelvo a ver el sol, que ya no está y por vicio, vuelvo a reflexionar sobre el paso del tiempo.

Es de noche. Hay un hombre que ve los coches pasar a un lado de la carretera.

No hay comentarios.:

Mi lista de blogs

Afuera