sábado, marzo 03, 2007

El super del barrio

Nos conocimos en el "Ahorramas". Las primer vez que me fijé en ella la ví en la sección de embutidos, cogiendo algo de jamón, yo venía con la cesta atravesando las estanterias del Pan de molde y galletas, estaba buscando algo para desayunar y me detuve al lado de las Digestive para tener una buena perspectiva y poder verla bien. Ella lanzó, además del Jamón, algo de queso y una bandeja de ibericos. Siguió caminando y entonces yo la comencé a perseguir. Ella entró en el pasillo de la leche y yo aproveché para coger para mi, por que me quedaba una sola botella y prefería prevenir. Ella cogió Pascual desnatada, yo probé con una nueva marca de leche de soja de la que terminé haciendome consumidor habitual. Ella avanzó hasta la caja 1 yo sin embargo, para disimular hice cola en la caja 4. La ví pagar y alejarse, se abrio la puerta automática y desapareció en la infinidad de las calles del barrio

Pocos dias después de aquella primera vez, me volví a cruzar con ella. Casi nos tropezamos en los productos de limpieza, yo estaba buscando el Fairy y ella estaba agachada cogiendo un Don limpio. Pedí disculpas por el casi tropiezo y ella a su vez sonrió y pidió disculpas tambien. Nuestros caminos se separaron en la caja 3, ella estaba en la cola y yo estaba dos personas mas atrás, una de ellas con carrito repleto. La vi de nuevo pagar y volver al mundo atravesando la cruel puerta automatica que tanto nos distanciaba.

Los acercamientos son lentos, se avanza poco. Se siguieron sucediendo encuentros esporadicos un dia en la nevera de los yogures y zumos, otro día en la pescadería o carnicería. Hasta la hermosa tarde de las manzanas. Entré en el pasillo de la frutería, sin saber muy bien que fruta llevarme a casa, y la ví al fondo, escogiendo manzanas, De algún modo, todo se detuvo. Iba buscando la manzana perfecta en aquella montaña de manzanas. Iba cogiendo una a una, seleccionando las de mejor color y dureza, me acerqué despacio y ella levantó la vista, traté de disimular, pero ella me reconoció y me saludó por primera vez. Entoces contesté y dije:

.- Hoy yo también me llevaré unas manzanas.

Y comenzamos a seleccionar las manzanas juntos. Ella se llevó un kilo, yo me lleve kilo y medio.

Los encuentros entoces cada vez eran mas frecuentes. La relación fue creciendo entre la panadería y los vinos, entre los champús y los chocolates, de la frutería hasta los congelados. Todos las tardes al llegar la barrio entraba en el supermercado con la esperanza de que ella tambien fuera. Nos besamos por primera vez en el pasillo de los cosmeticos. Siempre nos despediamos en la caja 3. Así dia tras dia, compra tras compra, el amor, entonces, terminó traspasando la puerta electrica que tantas veces habia separado nuestras vidas


Ahora vivimos juntos y somos bastante felices. Los sabados, como hoy, desayunamos con calma. A los dos nos gusta desayunar bien, como se lo merecen los sábados por la mañana. Hago café y espero a que ella suba, ha bajado hace un rato al supermercado a comprar un zumo para desayunar. Me extraña que se esté retresando tanto.

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