miércoles, septiembre 23, 2009

Una historia casi real

Suena el timbre.

.- ¿Quién es?

.- Hola, soy el cartero, traigo un sobre para usted

Aprieto el botón y abro la puerta. Está subiendo.

Suena el timbre.

.- ¿Si?

.- Hola venimos a ver uno de los tubos del patio. Perdone la molestia.

Aprieto el botón. Están subiendo.

Suena el timbre de casa, abro es el cartero, mientras saca de su amplia cartera unos sobres y arranca una hoja que debo firmar aparecen los de los tubos. Son cuatro, el dueño del restaurante culpable del lío de los tubos en el patio, un tecnico del ayuntamiento, su ayudante, el complice del tipo del restaurant que es su "encargado" de los asuntos del aire acondicionado y demás. Suena el timbre.

.- Un segundito, señores ¿Si?

.- Buenas. Soy el fontanero. Por lo de la tubería del baño

.- Adelante. Perdonen. Si, miren, los tubos al fondo

El cartero, que quiere ejercer el derecho de turno de llegada saca veloz el sobre, pero por las prisas saca el que no corresponde y abro un sobre que va destinado a Eva Suarez. El del restaurante me dice que si hacen mucho ruido los tubos, mientras el cartero me mira perplejo mientras abro el sobre.

.- Mire, ruido brutal no hace, pero si un ruido que agota, por prolongado. Recuerda a las señores rezando el rosario, que se esconde en ese susurro una cierta angustia ¿Me comprende?

.- Y ¿Qué hago yo ahora con el sobre?- Me regaña el cartero

Aparece el fontanero y suena de nuevo el timbre.

.- ¿Si?

.- Hola, somos de inspecciones del ayuntamiento, queremos ver el estado del patio.

.- Si, adelante.

Aprieto el botón. Están subiendo.

.- Buenas- Saluda el fontanero. Contestan casi todos menos el del restaurante que para ese momento me mira como un enemigo. Acabo de denunciar ruido de sus tubos frente al tecnico del ayuntamiento.

.- Hola- le miro yo

.- EL baño ¿Que le pasa?

.- Un segundito, por favor, que termino con los señores y me pongo con usted.

El cartero saca mi sobre y me lo entrega.

.- Firmeme esto, por favor. Dice con un tono de voz nada amistoso.

Aparecen los tecnicos de fachadas y estructuras del ayuntamiento.

.- Hola- saluda simpático uno de ellos. Son otros cuatro.

Tenemos, en ese momento. Al cartero, al del restaurante y su cómplice, a los dos del ayuntamiento por los tubos, al fontanero y los cuatro nuevos del ayuntamiento encargados de fachadas y estructuras.

.- Que me firme- Casi grita el cartero

.- ¿Entonces dice usted que los tubos generan ruido molesto? Habrá que medirlo- dice uno de los técnicos del ayuntamiento al del restaurante.

.- Un momento señores, organicemonos- trato de gobernar la puerta de mi casa. Suena el timbre.

.- ¿Si?

.- Mensajero

Abro, es un paquete de trabajo que llevo toda la mañana esperando. Está subiendo.

.- Mire, sino me va atender me largo. Que tengo muchas cosas que hacer- argumenta el fontanero

Los tecnicos de fachadas y estructuras se suman al debate de los tubos:

-. uff. Esos tubos son ilegales. Va a tener que quitarlos

.- Pero ¿Que dice usted?- Se violenta el del restaurante.

.- ¿Me firmas? ¡¡Coño!!- grita el cartero.

Aparece el mensajero con cara de prisas.

.- Buenas, tengo la furgoneta en doble fila, toma. Me firmas rápido.

.- Un momento- Le mira el cartero- ¿Qué coño es esto?

Suena el timbre, es mi novia, que viene a casa. Abro. El de fachadas habla legislativamente acerca del asunto de los tubos, el técnico de los tubos se indigna porque el técnico de fachadas se mete en su trabajo. El fontanero, se da la vuelta y salgo a detenerle porque la reparación del baño no puede esperar. Suena el timbre, es la vecina:

.- Por favor ¡Que estás haciendo que hay tanto ruido!. Un poco de respeto

Aparece mi novia, se coloca detrás del mensajero que amenaza con irse. Le digo a mi novia que le detenga y que firme y coja el sobre, que es de trabajo y que es urgente. El de fachadas discute con el del restaurante. El cartero se pone aún mas violento. Suena el timbre. Es el técnico de las antenas de la TV. Abro, está subiendo. Suena el timbre. Los del supermercado que traen la compra que he hecho por internet. Abro, están subiendo.

Hago tapón en el pasillo para que no se vaya nadie. De repente a mis espaldas aparecen los del supermercado y la antena de TV. Les dejo pasar. Suena el timbre, pero no puedo acercarme hasta mi casa porque se me fugarían el mensajero, el cartero y el fontanero. Le digo a los del supermercado que dejen las bolsas y al técnico de tubos que si me hace el favor de ateneder el telefonillo.

.- Son del gas- Me grita

.- Abreles.

El tecnico de fachada dice que le dejo salir del pasillo o que me denuncia. El cartero me mira:

.- Aquí el primero que sale soy yo. Si no tu y yo vamos a tener un problema.

.- Orden. Eso es lo que necesitamos. Orden. Veamos. Respetemos el turno de llegada y siendo así, es al cartero al primero que debo atender. Si me dejan hacer mi trabajo saldremos todos ganando

.- ¡¡ Que tengo la furgoneta en doble fila!!- grita el mensajero

.- Son ustedes ingobernables. Lo son. No puedo atender a cada uno de sus caprichos. Sólo en el entendimiento podremos sostenernos, avanzar. No es fácil gobernar este pasillo. No lo es. No deseo que se vean en esta dificil misión. Propongo pero no hay salida en el laberinto del capricho y de la urgencia. Este tablero sin solución, esta partida cargada del vil egoismo no tiene final, no concluye. Somos seres sociales, esa es nuestra esencia. Hagamos estado, gobernemos para todos sacrificandonos y recibiendo. Esa es la verdadera libertad. La de participar en esto que juntos hemos formado. No hagamos de esto una tiranía. Nadie eligió...

Suena el timbre y abandono mi casa. Que se le queden....

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