viernes, abril 03, 2009

Reflexiones después del golpe

Acabo de intentar saltar al otro lado del espejo y casi me abro la cabeza. Ahora estoy en el suelo, sintiendo un tremendo dolor en la cabeza y en una muñeca porque al caer he puesto la mano izquierda y llevaba tanta fuerza que he ejercido demasiada fuerza y la he doblado mas de la cuenta. Ahora mismo comprendo que ha sido un error saltar o intentar entrar en el otro lado, pero creo, por otro lado, que es comprensible haberlo intentado. Racionalmente es inexplicable intentar pasar al otro lado, pues se sabe que el otro lado del espejo no hay otro lado, sino el reflejo de este, pero emocionalmente no siempre entran esas explicaciones, y cuando las emociones se disparan no hay quien pare o sólo te para el espejo, que no es mas que un trozo de pared que proyecta o refleja este lado. Y ahora si, ahora es fácil comprender que no hay dos lados sino uno y que el espejo es una fantasía, que en el fondo los espejos no son reales o si lo son, que lo que hacen es convertir la realidad en una fotografía en movimiento, un juego que convierte las tres dimensiones en dos. Si, ahora si, ahora lo entiendo aquí en el suelo, mientras de esa herida en la frente sale un chorrito mínimo de sangre y la muñeca trasmite dolor a un lugar del cerebro que jamás sabré donde está. Si, ahora lo entiendo. Los espejos multiplican, pero no multiplican. Dejemonos de literatura, el espejo es un espejo, nada se desdobla, nada se da la vuelta ahí. Es un trozo cuadrado o casi rectangular, en este caso, que refleja, pero es absurdo querer entrar allí. Y ahora se que jamás lo intentaré, no lo volveré a hacer. Me levantaré y lo aceptaré, ahora aceptaré que ese espejo no me refleje, no me devuelva, no me proyecte. Eso ha sucedido y por eso he tratado de entrar, porque he llegado a casa y he venido hasta el baño y me he ido a mirar y estaba todo menos yo y primero me he tocado y me he sentido, aquí estaba pero allí no y luego he vuelto a mirar y no había reflejo de mi en el espejo. Y claro, ahora se que no hay otro lado, pero en ese instante he saltado para entrar allí y buscarme, porque era raro no verme, me preocupaba, me angustiaba y ahora se que ahí dentro no estoy y lo acepto, pero quizá lo acepto por el golpe, por que ahora sangra esa herida en la frente. No tengo reflejo, si, y eso que mas da, en el fondo los espejos son mentiras, que mas da no existir en ese lado de toda esta mentira.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En ese caso, has tenido reflejos y reflexiones después del golpe.

Siempre quise hacerlo. En mi infancia pasaba horas caminando en casa con un espejo viendo hacia el techo y yo viendo hacia abajo, a su reflejo, imaginándome que lo que veía era el piso, o que caminaba por el techo, y me tropezaba con todo, era raro, divertido, una ilusión barata.

Quizá quieras intentarlo.


CL

illot dijo...

Muy bueno maestro.
Al link me refiero, claro.
;)

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