domingo, enero 11, 2009

L en Shanghai

L despertó aquella mañana creyendo que estaba en Shanghai. Creyó eso porque había soñado que estaba paseando por un lugar que ella identificó como Shanghai o que ella creía que debía ser como debe ser Shanghai, porque realmente jamás en su vida había estado allí. Le gustó la idea de haber estado paseando por esa ciudad, le gustó despertar en medio del invierno, en esa mañana de sol y fria y pensar en la posibilidad de que su habitación, incluso su cama, pudieran ser Shanghai. Luego se levantó de la cama y se fue hasta la cocina. En la cocina recordó una calle, luego recordó la cara de su hermana que vivía desde hacía algún tiempo en Barcelona, luego recordó las manos de su ex-marido que vivía en su misma ciudad con una tipa que era de Buenos Aires y pensó que lo mas sensato sería tomarse un café y largarse a Shanghai, aunque sabía que jamás lo haría, pensó que esa decisión, en el fondo hubiera sido la mas acertada. Trató de recordar Shanghai, pero el Shanghai soñado, que había sido un sitio ciertamente agradable para estar, aunque tanta gente dice que Shanghai es una ciudad complicada y dificil, realmente sólo podía ver Shanghai como en el sueño, poco mas. Luego se sentó en una silla, bebió el café y se quedó mirando una forma curiosa que había en el techo, una humedad casi invisible que había ido formando un dibujo poco definido. Terminó el café y se fue hasta la habitación, nunca lo hacía pero en ese momento decidió volver a entrar en la cama, con la idea única de volver a Shanghai. Cerró los ojos y esperó pacientemente a que Shanghai apareciera. Entonces comenzó sintiendo la humedad, aparecieron las primeras calles, el bullicio en una esquina, el olor que recordaba de la vez anterior, esa misma noche, que había estado en Shanghai. La gente con la que se había cruzado esa otra vez. Las caras de la gente caminando, la luz de un dia que termina en la ciudad, el tráfico, los edificios, el asfalto, los bancos, las tiendas, un parque imposible, una fuente, una esquina donde unos chicos fuman. Shanghai en todo su esplendor.

Jamás volvió. Sólo de vez en cuando su hermana dice recibir cartas sin remitente con su letra. Que en las cartas unicamente habla de las calles de Shanghai.

http://www.youtube.com/watch?v=aZocJznZeaE

1 comentario:

Anónimo dijo...

Claro. Al escuchar la música, todo cobró el ritmo de Shanghai.

Extraordinaria historia, Mr. H.S.

Mi lista de blogs

Afuera