jueves, enero 08, 2009

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21:45. Madrid. España

Un tipo corre Castellana abajo. Lleva buen ritmo mientras sus zancadas, por un juego que sólo el se propone, van a ritmo de la canción que suena en su oidos. En el instante que cruza por debajo del puente de Ruben Dario, mira una escultura y piensa en el destino. Por razones complejas, el corredor no cree en el destino, o un camino vital, a menudo piensa que esto, la vida en la tierra, se hila a cada segundo sin ninguna continuidad, que la continuidad es cosa que le da luego nuestra memoria, pero que esto son instantes despedigados unos detrás de otros. Sin embargo, durante dos segundos mientras la canción sube el ritmo y el se ve obligado a correr con mayor intensidad, piensa que podria haber algo parecido al destino. Dos segundos en los que duda. La canción se acaba, empieza otra.

15:44 Barqusimeto. Venezuela

La mujer ha bajado del coche y ha mirado hacia la puerta del colegio. La niña no viene todavía y se queda mirando ese camino que lleva hasta la puerta y que tantas veces ella recorrió en tardes que se han ido enquistando en la memoria y que ahora dificilmente vienen. Ha recordado aquella sensación de salir de clase. La vez que apareció un chico en la puerta. ¿Que carajo será de ese chico?. Ella si cree en el destino

18:47 Charlotte. EE.UU.

Ha bajado del coche y ha mirado el cielo. Hoy hace un frio del carajo y da la sensación de que hiciera frio en todo el planeta. Ha pensando en ese ejercicio casi inconsciente de mirar el cielo. Se mira casi sin mirar, pero esperando siempre alguna gracia celestial. Una luna llena, una avión que pasa, una forma llamativa en alguna nube, lo que no esperaba era ver un satelite pasando como el que no quiere la cosa, ha sonreido y ha pensado en el destino y en el paso del tiempo.

19:55 New York. EE.UU.

Ha abierto la puerta de su apartamento y ha sentido un golpe de nostalgia. ha encendido varias luces y se ha puesto a mear. Mientras mea piensa que hace mucho que no lee y siente un leve golpe de culpa a la altura de la sien. Tira de la cadena, apaga la luz y se quita la ropa en su habitación. Selecciona un libro con la buena intención de recuperar las lecturas. Se lanza en esa butaca comoda que compró cuando recien alquiló el apartamento, arranca la lectura, pero la concentración se va al carajo. No se culpe a nadie, piensa, este destino finalmente lo escogí yo.

16:46 Buenos Aires. Argentina

Esta tecleando en el ordenador. Hay tres ventanas abiertas. En una escribe: "Comprese una avioneta", en otra pone "Llegamos a mediodia" y en la tercera escribe
" Está muy bien".

17:45 Boadilla del monte. España

Escribe otro texto. Si hay algo liberador en todo esto es que en el fondo nadie juzga. Escribe y sonrie, publica. En el fondo esto es lo mas serio que hago, se dice. Hoy ha sido en dia extraño, se está tan bien de vacaciones y la vuelta siempre tiene algo de cruel, como si el destino jugase a las cartas. Se va pronto de la oficina. Al pisar la calle siente que por primera vez el invierno se le esta haciendo duro.

18:37 Rio de Janeiro. Brasil

Creo que no voy a volver. Finalmente mi destino estaba aquí


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me agrada saber del mundo interno de cada personaje. Es fascinante imaginarse historias de la gente que no conocemos en la calle, en el mercado, en un bar...que a pesar de verse a pocos metros de uno estan a eones luz de distancia.

Qué cosa más curiosa es el tiempo.

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