jueves, enero 29, 2009

Caer

Me he caído de un sueño, me he caído al despertar y he entrado en este sitio que no se que carajo es. A mi, ¿Por qué a mi me tiene que pasar esto hoy?, Hoy, que tenía tantas cosas que hacer en la oficina, que tenía dos reuniones, que luego tenía una comida importante, una tarde agitada. Estaba soñando y he girado el cuerpo porque casi me despertaba ya, estaba en esa zona media, fronteriza y he girado el cuerpo por esa necesidad casi física de prolongar el sueño y he caído, he caído aquí ya despierto, que era la continuidad del sueño en una zona real. Así que ahora camino con mi pijama, con este aspecto deplorable, con el pelo despeinado, en este lugar donde se aparece gente que no es y hay una luz que parece todo el rato que se va ir, como si el tipo que crea los sueños no pagara la luz y hay una flora desconocida y casi deformada, uno colorido, eso si, mas que llamativo. He caminado buscando la salida, porque tengo prisa, mucha prisa y detesto cuando caigo aquí, cuando me quedo en este terreno. Y oigo voces melódicas a lo lejos, ecos que vienen. Y busco, busco pero aquí no hay puerta porque es especialmente amplio, se camina y se camina y todo va cambiando y ves a lo lejos a otros que van despistados, medio levitando los tipos, como si no hubiera gravedad y veo pasar a la vecina con la que nunca hablas y en el fondo tanto te gustaría hablar y pasa tan cerca, tan como en sincronía, tan como girando ambos para no chocar deseando un choque frontal y sigo buscando la puerta para salir aunque se que puerta no hay, pero es tarde, afuera es tarde y está la gente en la oficina y la reunión y tantos temas importantes que tratar y sin embargo esto, ese ritmo a lo lejos que viene como desde fuera, transformado en un eco que marca, pum,pum,pum y las sábanas que parecen pájaros y hacen unas formas en el techo alto y blanco que parecen olas o peces o incluso hojas que caen pero que nunca terminan cayendo, una especie de otoño acuático detenido y pasa el tipo del videoclub con una biblia en la mano y pasa de nuevo la vecina que rie y gira en armónica sincronía con las sabanas en el techo alto y blanco, como si todos pertenecieran al ritmo que viene de lejos. Y si, a mi todo eso me gusta y según pasa el rato mas me va gustando, pero hoy íbamos a firmar un contrato con los japoneses y tengo que ir, tengo que ir ya, debería estar en el ataco de la autopista, escuchando ese programa de radio donde hablan de noticias y opinan expertos que en el fondo no tienen ni idea. Debería estar allí, desviandome ya en la salida correspondiente y no aquí, caminando con mi pijama de rayas y despeinado, con el pelo alborotado y sin orden, viendo de nuevo a la vecina que se suelta el pelo y desaparece. Y todo es sueño, todo es sueño y creo que no voy a poder salir de aquí, no saldré, no me voy, yo ya no me voy, yo me quedo aquí girando, con ella, con todo, con las sabanas irreales de mi cama en este otoño acuático detenido...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me pasa lo mismo, llegué a mi casa vistiendo la pijama de hacía tres días y sin darme cuenta la vida me estaba forzando entre aeropuertos y diligencias.

Qué raro todo.



C.L.

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