sábado, noviembre 29, 2008

Filosofía elástica

Girando ligeramente la cabeza se obtiene, siempre, un nuevo tipo de respuesta para la ceustión en la que estamos pensando. Eso siempre es uan solucion, porque habitualmente se tiene la tendencia de pensar desde una posición y es necesario forzarse a girar la cabeza, si es posible en varias posturas diferentes, y visualizar ese pensamiento desde nuevas perspectivas. En este caso, y ante la complejidad del asunto, he realizado numerosos giros de cuello buscando posiciones realmente diferentes en mi pensamiento. Inicialmente he realizado los giros mas suaves y naturales, que en otro tipo de pensamiento siempre dan resultado, pero en este caso he forzado la musculatura de mi cuello, sobre todo los músculos estilohioideo y digástrico e incluso el esternocleidomastoideo (¡¡Que maravilla de palabra!!!), hasta límites insospechados, y si bien el cuello va a sufrir consecuencias de esta busqueda extrema de nuevos pensamientos, los resultados han sido profundamente satisfactorios. El tema que tratabamos o en el que pensabamos con intensidad desgarrada, con pasión filosófica, no era mas que el enfrentamiento teórico entre el materialismo dialectico y el idealismo filosófico, evidentemente, mi postura, no ya solo física, pues en medio de la conversación mi cuello estaba doblado a la manera de un muñeco de plastico cuyas débiles articulaciones han sido destrozadas por la manos de un niño jugetón, inquieto y nervioso, era claramente de defensa absoluta y convencida del idealismo filosófico. Nada de lo que veo existe sino como suma de imágenes creadas en mi mente. Es decir, y en eso fui rotundo, todo sucede aquí y ahora, pero si además le añadimos que todo gira y depede de la posición de mi cuello frente al pensamiento, tenemos, evidentemente, una nueva e interesante situación de la filosofía. Sin grandes aspavientos, creo que es necesario nombrarme como el gran precursor de la filosofía física del idealismo. Vertiente filosófica que mucho tiene que ver con los tiempos en los que vivimos, con la evolución de pensamiento a la que ha llegado el ser humano y con los avances cientificos y tecnológicos en la vida de los hombres en la tierra. Eso lo pensé un rato, claro. Nada mas girar la cabeza en dirección opuesta para adquirir nuevas visiones del pensamiento, comprendí que me excedía en mi entusiasmo y que quizá no era tan novedosa y ni tan reveladora mi postura.

A donde quiero llegar, lo que quiero comunicar, el mensaje que intento trasmitir, hijos mios, es que vuestro cuello debe estar inquieto en el pensamiento, hay que girarlo una y otra vez, a riesgo de destrozarnos las cervicales en busca de la mayor cantidad de posturas y visiones de un mismo pensamiento. Girar a izquierda, pensar, girar a derecha, pensar. Cuello elevado levemente torcido a la izquiera y pensar. Constantemente así. No parar en una posición y acomodarse a esa única visión. El pensamiento, como el cuello, dbe estar, constantemente en movimiento. En eso creo.

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