jueves, octubre 04, 2007

Car & driver

No le arrancaba el coche. Giraba la llave y sonaba el motor con ese aire de quiero y no puedo que incluso le desesperaba mas. Volvía a girar y ahí el soniquete maldito. Ese punto donde el motor no termina de hacer el giro definitivo para sonar como debe sonar, para que todo de paso a un juego de pedales, de marchas, de espejos. Intentó varias veces, el giro de la llave y ese sonido de nuevo, ese bucle en el que se queda el motor cuando no arranca sino que todo es amago de arrancar. Lo intentó mas veces, por esa manía que tenemos de darle emociones a las cosas materiales, por lo mismo que se insulta a un ordenador cuando se queda colgado, Lo intentó muchas veces mas, pensando casi que en una de las veces el motor estaría despistado, no pendiente de esa guerra abierta contra él y arrancaría, por pura inercia arrancaría y se perdería al final de su calle y saldría a la avenida y subiría ya con la radio puesta, con el disco previamente seleccionado. Pero no, el motor, empeñado en su batalla no bajó la intensidad ni un momento. Su agonía no era una agonía de segunda, era la agonía del que ya no puede, la definitiva. Giró otra vez, ya sin saber que lo hacía, desesperado, pensando en consecuencias de todo ese retraso mas que en el motor mismo. Otra vez el sonido agónico del motor. Dió un golpe al volante y apoyó la cabeza en el. Suspiró y miró la hora. Ya no había solución, las consecuencias ya habían comenzado, también, su ciclo. Era tarde, ya era tarde para todo, ya no llegaría e inevitablemente ya todo cogería, eternamente, otra dirección. Encendió la radio, encendió un cigarrillo y se apoyó con resignación en el asiento. Miró el reloj. La pelicula ya llevaría diez minutos.

http://youtube.com/watch?v=2uZiWwPHXiw


Para JB, que ha ingresado con méritos propios en el mundo del volante

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