martes, noviembre 27, 2007

Una tarde de noviembre

Llegó a casa desde donde se veía toda la costa, la linea definida del horizonte cortando el mar y un atardecer que resultaba incluso cursi. Escuchó la canción mas triste del mundo, un piano con un sonido anitiguo y una voz melódica que hablaba del pasado. Recordó entonces el suyo propio, su vida, su anterioridad y sintió una nostalgia gigante pero no le dió demasiada importancia. Miró el mar tan quieto y solemne a esa hora y sintió ganas de llorar mientras seguía escuchando la canción mas triste del mundo y recordaba una tarde del 92 cuando nada era como ahora y le dieron ganas de correr por encima del mar e incluso llorar. Llorar solo tiene su gracia, pensó. Llorar tiene su gracia. Como el dolor o la pena se convierten en gotas de agua que salen de los ojos, visto así es como lluvia pero también bastante extraño. ¿Como es posible que llueva desde los ojos? ¿ Como es posible que lloremos si es tan raro?, es muy raro llorar. ¿Como es posible que se deslice el agua por la cara y además sepa tan salada?, como si llorar viniera del mismisimo mar o como si la sal fuera pena o nostalgia. recordó entonces otras veces que había llorado, de pequeñó, de mayor, de dolor, de pena, de risa, por el final de una pelicula. Pero llorar tiene su gracia, tiene su resaca como toda droga y deja exhausto. Sigue sonando la canción mas triste del mundo, y está convencido de que es así, de que esa canción es la canción msa jodidamente triste del mundo. Y es otoño y recuerda el verano que no es triste, que se está tan bien y no caen las hojas. Es otoño y suena ese piano que está tocado con muchisima pena y el verano está tan lejos y sin embargo.... sin embargo la canción termina

No hay comentarios.:

Mi lista de blogs

Afuera