jueves, noviembre 22, 2007

Individuo con tormenta de fondo

La cabeza apoyada en las manos, los codos apoyados en las rodillas, los pies en el suelo. Dentro la agitación, todo se mueve como nubes en dia de tormenta, como las corrientes de agua. Todo está en movimiento ahí a pesar de la quietud. No hay silencio, hay un tremendo ruido, el ruido de la mente a pesar de que todo parece estancado en la habitación. Las manos en las sienes, casi tapando los ojos que no miran, que están cerrados que se dirigen al suelo, como si mas abajo o por detrás del suelo estuviera la posibilidad de una respuesta o mas que una respuesta, por que no es respueta lo que busca, la opción de la calma o de un sosiego que ahora parece remoto. No hay ni siquiera dolor, hay derrota o agotamiento. El que se sabe en mitad del camino y sin fuerzas. Hay turbulencia bajo ese pelo abundante y despeinado y curiosamente está todo tan quieto dentro de la habitación, si al menos se pudieran mover las cosas, pero esa quietud le da a todo una aguda sensación de caos. Como si la quietud de los objetos potenciara su propio tormento, cuanto mas estático todo mas dolor. No se mueve, nada se mueve, le gustaría levantarse y cambiarlo todo de repente, que nada fuera y que todo empezara, como siempre empieza, de cero.

De repente un claro, breve, casi imperceptible, pero un calro al fin y al cabo. Las manos se despegan de los ojos y las rodillas se activan. Hay, aún, una posibilidad.

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