sábado, noviembre 03, 2007

Bruno

Siempre culpamos a Bruno y ahora, tanto después, concluyo que Bruno no hizo sino sacar lo que estaba oculto. Tampoco hay un momento exacto en la aparición de Bruno, las presencias son así, las gentes del mas allá no funcionan igual que los que andamos por estos lados. Bruno comenzó a rondar nuestra casa con cierto descaro. Al principio se movian algunos vasos, se encendía la televisión sola, se abrian las puertas de la terraza en medio de la noche, te ponía una mano en el hombro mientras estabas meando y cuando girabas no había nadie, nada original, las tipicas cosas de las presencias y de las gentes del mas allá. Bruno además tenía mucho de saberse presencia y juguetar con los tópicos del cine de terror. Un espiritú burlón. Al principio, pues, Bruno nos tenía, hablando claramente, acojonados.

Las cosas fueron cambiando. Bruno se hizo habitual, terriblemente habitual y la confianza no es mas que cuestión de tiempo. Bruno, se instaló en casa. Al princpio Ana lo llevó peor, pero bruno y yo empezamos a congeniar, veíamos juntos los partidos de futbol, estabamos de acuerdo en muchos aspectos políticos y por la noche veiamos, los tres, alguna película y haciamos coloquio al concluir. Así Bruno comenzó a vivir con nosotros, Ana lo único que exigió fue que Bruno pagara su parte del alquiler y contribuyera en los gastos de comida y luz, el teléfono no lo utilizaba, tampoco hacía uso del ADSL, "no hay mejor internet que el mas allá, muchachos", nos decía orgulloso de su condición.

Lo complicado con Bruno vino después, había que evitar hablar de Bruno con los demás. ¿Como explicas que compartes piso con una presencia, con un espiritú?. Como le dices a los demás:"no, no voy a ver con vostros el partido por que le prometí a Bruno que lo vería con él". Ana y Bruno fueron limando sus asperezas y comenzaron a llevarse algo mejor, y a mi, como llegaba tan tarde de trabajar me venía bien que estuviera Bruno por casa, así Ana no estaba tan sola, y que mejor seguridad que una presencia.

Así Bruno fue uno mas, el tercero de la casa. Ordenado y colaborador, no habóia problemas de convivencia con él y todo eran ventajas. Todo hasta aquella mañana que volvía casa sin avisar. Noté cierto desorden en el salón y según cruceé la puerta del salón, aun sin ver nada ya lo entendí todo. Los gemidos de Ana eran profundos y no tuve valor de ir hasta la habitación para comprobarlo con mis ojos. Bruno y Ana llevaban, luego me lo confesaron, varios meses siendo amantes. Fue complicado, mi novia se acostaba con alguien que no estaba en este lado y aquello, quizá no era suficiente como para acabar con la relación. Bruno decidió irse y nosotros nos dimos una oportunidad, pero ya nada fncionó como antes. Todo me atormentaba, como podía saber si cuando iba al baño Bruno no estaba ahí, como podia saber que Bruno no estaba, aún entre nosotros. Como podía descubrirles si su amante era invisible. Mis celos se dispararon, como podía saber que mientras haciamos el amor, Bruno no estaba delante. De alguna manera es como si los invisibles estuvieran siempre. Ana trató de hacerme comprender que aquello ya había terminado, que lo suyo con Bruno fue un exorcismo, un juego, pero que Bruno, Bruno ya no estaba.

Sin avisar, si decir nada, me fuí a casa de un santero. Le pedí hacer un exorcismo a la casa. Sospeché que esa era la única manera de sacar a Bruno de nuestras vidas, pero aquello tampoco me dió seguridad. Ana y yo nos separamos. Hoy, a veces, quedó con Bruno y charlamos y reflexionamos sobre aquella época. No se culpe a nadie.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sencillamente genial!!

Anda, decid que sí!!

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