domingo, mayo 27, 2007

Reunión en la montaña

Uno de los cinco miró al cielo con cierta perplejidad y evitando la conversación sobre los vertigos de observar el universo desde lo alto de aquella montaña bajo el poderoso silencio de la noche y el monte, comentó que lo mas sorprendente del hombre urbano es que nunca vé el cielo tan estrellado como se ve ahí en medio de la noche en lo alto de una montaña practicamente deshabitada desde el valle hasta la cima. Los cinco callaban y hablaban a ráfagas, frases intoxicadas de alcohol y de fiesta que habían dejado en el pueblo de abajo. Uno de los cinco subió la tapia del cementerio y se acostó a lo largo de aquel muro envejecido y triste y se quedó dormido. Roncó y en medio de la solemnidad del cosmos como techo soñó con la historia de un árbol milenario. Los otros cuatro seguian hablando de historias y confesiones, risas y frases poderosas y la sinceridad curvilinea que da la ebriedad. Poco mas. La madrugada avanzaba y descolocaba las estrellas y uno de ellos despertó al miembro que dormía en la tapia del cementerio. Otro de ellos miró dentro, el terreno rectagular y casi ridiculo, por pequeño, del cementerio de esa montaña y pensó en la posibilidad de un antepasado descompuesto bajo el peso de la tierra y pensó que ahí hasta la muerte se veía mejor, con la misma claridad que se observe el cosmos, con el mismo brillo y con la misma naturalidad que la montaña habita bajo ese cielo, comprendió que la muerte es menos terrible cuando se está mas cerca de lo que es cierto. Otro de los cinco miró la hora y confesó que tenía sueño. Se difuminó la reunión en la montaña

No hay comentarios.:

Mi lista de blogs

Afuera