sábado, mayo 12, 2007

Hojas

Bajé por la escalera

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Crucé el portal I_I Me detuvé en la acera ___

Miré a los dos lados, sodal sod sol a ériM

Caminé, sin saber donde, durante varias horas . Ví calles, avenidas, plazas, gente de todo tipo, miles de personas, coches, conductores, perros, tiendas. Me encontré muchos papeles en el suelo y los fui recogiendo. Al principio los leí sin mucha atención. facturas de restaurantes, notas recordatorias, multas de tráfico, codigos, unos títulos de malas novelas. Luego creí poder encontrar cierto sentido entre ellas. Notas dejadas de antemano, colocadas por el suelo de la ciudad de manera coherente y cientifica. Un jeroglifico. Fuí mas allá, pensé que todo estaba en esos papeles caidos de bolsillos. Que el hecho de que a alguien se le cayera o lanzara notas, papeles, (acto muy criticable por otro lado), era un acto dirigido o controlado por un azar que pretendía explicarme no se que. En realidad no creía mucho en esto, pero me pareció una extraña, pero divertida, manera de pasar la tarde. Convertir la ciudad en una especie de sopa de letras o de crucigrama o de Sudoku, da igual. Un juego. No hubo conclusiones y desde luego no le encontré sentido al universo. Descuibrí, eso si, que en los papeles del suelo uno puede encontrar de todo.

"Llamar a Francisco".

"José Luís 655674809"

Estas eran de tipo telefónico, había infinidad de variedades. Resalto estas dos por poco interesantes.

" Haruki Murakami, Salvador Plascencia, Michel Houellebecq..."

Esta era del tipo literatura. Supuse en estas que son recomendaciones que alguien se anota o autores que pretende leer y que intenta no olvidar.

"PX5467-TR"

Del tipo indescifrable. Codigos de algún tipo de almacenamiento, archivo o que se yo

Además vi: Un examen de un alumno llamado Alberto Revuelta, pésimo alumno, estaba ya evaluado. Me sorprendió al ver la fecha que era un examen antiguo. Me imaginé la vida extraña y enloquecida de ese examen. Un profesor imprime hojas, las entrega en una clase. Por azar a Alberto le llega esta hoja y no otra. Alberto entrega, El profesor/a corrige, pasan unos dias, el profesor lo entrega a los alumnos. Alberto ve el resultado, que por respeto no desvelaremos. Ocho meses después esa hoja esta en el suelo, sucia y arrugada. Existencias de papel.

También, y quizá por mi romanticismo de supermercado, me gustó una especie de carta de amor, redactada con cierta torpeza y con emoción desgarrada. La historia era fácil de recrear. Chico quiere a chica, chica ignora a chico y chico reclama y grita su amor, se desangra casi sobre esa hoja. La hoja termina, como todas las hojas que recogí, en el suelo de la ciudad.

Vi mas, vi muchas mas. De repente ví que podría no parar y me volví a casa.

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