jueves, marzo 25, 2010

A solas con D

Onceavo día de vida de D. Es mi primer rato absolutamente a solas con ella. M salió por primera vez, y por primera vez se han separado desde que D nació. La tuve un rato en brazos al principio de esta soledad compartida, y la tendría el resto de mi vida, pero noté que iba cerrando sus ojos y la acosté en su cuna. A su vez me senté en el sofá a pocos metros de su cuna y empecé a leer. Me levanté inmediatamente a mirarla de nuevo. D movía anárquicamente sus brazos, a ratos bostezaba, a ratos provocaba con sus labios algo que se va asemejando a una forma de sonrisa, luego emitía sonidos callados, luego gesticulaba y resultaba fascinante porque a mi me parecía ver gestos lejanos de M y también míos o gestos que arrastran también mis hermanos, esas frases del libro invisible de la genética. Entonces pensé que este rato a solas con D era perfecto para oir música juntos. Estuve un buen rato pensando que le podría gustar a D cuando casi ya dormía. Me alejé del cliché de la música clásica, me la han recomendado tanto desde el embarazo que he preferido no ponérsela por pura rebeldía y me he decantado por un disco muy ambiental y atmosférico y tremendamente emotivo: Riceboy Sleeps de Jonsi and Alex, que me recomendó hace ya muchos meses Illot, un tío de D. Entonces me he sentado porque D se estaba quedando definitivamente dormida. He jugado a descifrar que imágenes o sensaciones podrían producir en D esos sonidos. Me he vuelto a levantar y la he mirado de nuevo. Soy adicto a mirar a D. Sus ojos estaban casi cerrados pero aún mantenía una mínima rendija. La escena me ha desmoronado del todo, afuera anochecía y se colaba ese azul grisáceo de la tarde casi agónica. Estaba a solas y me he dejado llevar y me he puesto a llorar. La música, D entrando lentamente en el sueño, el privilegio de ser el padre de esa niña. Todo eso me ha producido sensaciones muy limpias, absolutamente puras. Desde que la vi hace 11 días, tiendo a pensar que mi vida cobra sentido en el momento en el que D nace. He dicho una frase en alto y me he girado. Luego, por esa vicio de escribir, he sentido la necesidad de dejar anotado esto y eso hago, mientras avanza lentamente este disco y me asomo cada muy poco a ver desde aquí a D. He jugado, mientras tecleaba este texto a imaginar que D, en algunos años, influenciada quizá por esa curiosidad que se tiene cuando uno se libera de los viejos y trata de conocer la personalidad que hay detrás de ese personaje que es el padre, lee este blog y lee este texto y se lee a si misma, dormida, con 11 días de vida, arropada por una música suave y soñando el sueño indescifrable del recién nacido y lees esto, D. Y lees que levanto la cabeza y te veo de nuevo. Estás ahí, ahí mismo, y es hermoso mirarte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y es hermoso leerlo.

Mi lista de blogs

Afuera