jueves, marzo 18, 2010

D

D recibe los primeros rayos de Sol y suspira. Tiene los ojos cerrados y percibe algunas formas de sombras amables en su visión. D tiene las manos semicerradas, sus gestos son los gestos de la humanidad reducidos en sus dedos y la piel que los cubre siente la luz solar del principio de la primavera como otra forma de alimento. D intuye los beneficios de esa luz y se entrega a ellos, pero el efecto es curioso porque D al ser, a su vez, una forma muy peculiar de luz, hace que luz solar y su propia luz reboten con la gracia de un efecto preciso de fotografía artesanal en toda la habitación. D es muchas cosas que parecen concentrarse en esa precisión incalculable, sobrenatural de la forma de su labio. En ese labio se juntan y salen al mundo la intraducible literatura que fluye de sus pulmones hacia el mundo. Hay algo más que arquitectura sublime en las formas de D; si se la mira, uno concluye que no es posible semejante precisión en tan reducido tamaño. D podría no ser real de tan mágica que resulta, pero pocas cosas lo son más que ese sueño en el que anda sumido. Un sueño que nadie recordará, al que nada accederá jamás. Sueña D, pero ¿Qué es lo que sueña? ¿Que luces y formas recorre D en ese sueño secreto mientras la luz solar rebota con maestría en su propia luz? ¿Que misterio total se esconde en el sueño de D, en ese juego de luces? ¿Sueña D con la primavera, con esas formas y calores que deben ser en su piel su primera primavera? Da igual, en cualquier caso D lo es por si sóla; es un juego de luces que vuelven esta habitación la primavera absoluta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo muchas ganas de conocer a D!!!:-)

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