sábado, julio 18, 2009

No diario 2

9:25

Estoy contento con el post que escribí anoche. El post 1070. Es una sensación nueva. Nunca recuerdo con cariño los post que escribo. Si escribo compulsivamente, como afirma Illot, es para olvidar el texto anterior. Para enterrarlo bajo otro texto que quedará enterrado bajo otro texto. Esto es un juego de empujar, por eso me gusta el formato blog. Un texto empuja hacia abajo a otro. Nadie va a tener la paciencia de leer veinte textos hacia abajo. Como mucho en en el segundo o tercero se va a detener teniendo un juicio claro sobre mi escritura.

Siendo honestos, me dejé de pajas mentales. Eso me ha pasado en las dos actividades artísticas a las que le dedico tiempo (Odio la palabra arte y sus variaciones aplicadas a estas dos actividades que realizo). Pretendí ser músico, y desde que no lo pretendo soy mucho mas feliz. Soy otra cosa a un músico, pero me me divierte como un poseso hacer canciones que como mucho escucharán ocho o nueve personas en el mundo. Pretendí hacer literatura, luego desistí, le debo parte de eso a este blog. Disfruto como un niño jugando a escribir relatos que como mucho leerán cinco o seis personas en el mundo. En ambas cosas he logrado el punto infantil, si cabe la palabra, que se esconde detrás de ambas actividades. Es un carnaval y como carnaval tiene mucho de enorme fiesta.

No voy a negarlo, hablar desde un plano real a la hora de escribir tiene algo agradable también. Se ficcioniza la realidad. Se transforma en texto y gira hacia nuevas perspectivas.

Ha bajado un poco la temperatura. Cuando amanecía entraba una brisa mas fría que los días anteriores, por la ventana. He abierto los ojos y con el pie he cerrado un poco la ventana. En ese instante he pensado que en ese momento casi todas las personas que conozco estaban durmiendo, por lo tanto la variación de sueños y realidades multiplicadas estaba en un su umbral máximo de bifurcación. En ese instante previo al amanecer que mi pie empujaba la ventana había tantos sueños por metro cuadrado que la realidad, como tal, como una, como masa uniforme, es imposible que existiera al menos en ese instante. Madrid era Bruselas y Paris, pero seguramente era Cúcuta y Cercedilla y había personas que no existen existiendo y gente que era pero que era otra y calles perdiendo su dimensión original y parejas amandose que apenas se saludan los días de semana.

Es raro hablar de sueños. Hay veces que alguien me cuenta un sueño que pierdo el interés. El interés de un sueño lo suele tener solo para el que lo sueña. Sin embargo he recordado un sueño que tuve hace algún tiempo en el que despertaba en 1545 ( no es la fecha exacta). No sucedía mucho mas, sólo eso, que despertaba en un año jodidamente atrás.


Termino el post. Cierro el cuaderno

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