sábado, julio 11, 2009

Ajeno

He despertado pronto. Acababa de amanecer. Me he puesto en pie y he salido hasta la playa. No había nadie, he caminado por la orilla hasta la altura del pueblo, unos hombres trabajaban en la orilla, un poco mas allá otros desayunaban en un puesto de la calle pegado a la arena de la playa, me he acercado, he pedido una empanada de cazón y un café. He escuchado las conversaciones sin demasiada atención. He pagado y he vuelto a la playa. Los hombres de antes seguían trabajando, recogiendo redes, colocando las barcas y distribuyendo de manera precisa cubos. Ha subido mucho la temperatura. He vuelto caminando hasta la casa. He entrado, nadie había despertado aún. He anotado algo en el cuaderno, algo que jamás releeré. He salido de nuevo a la playa y me he metido en el agua. He braceado con intensidad, cuando estaba muy metido he frenado y he visto la orilla desde mi nueva posición, he visto dos personas caminar por la orilla, las he observado sabiendo que no me veían. Una de ellas hacía gestos agitados con los brazos, la otra miraba al suelo, la de los gestos de repente le ha dado un golpe a la otra. Se han detenido. La otra persona, la golpeada, se sostenía la cara con las dos manos, el otro, por los gestos, gritaba y ha vuelto a lanzar un brazo contra la cara del otro, el cuerpo, como un animal recién disparado, ha caído de lleno al suelo, en la arena de la playa. No distinguía las figuras. por los movimientos del violento, aseguraría que era un hombre, la otra persona, bien podría ser una mujer, pero era todo muy impreciso. No se distinguían figuras precisas desde mi posición en medio del mar. He querido nadar hacia la orilla, pero me lo impedía la escena. Irrumpir en medio de esa situación me parecía incluso peligroso. La persona que había caído al suelo, se ha puesto de pie y ha hecho un gesto incomprensible, una especie de saludo místico hacia el cielo, el otro se ha arrodillado, como si de repente pidiera perdón. Por pura curiosidad he mirado hacia arriba, pero no he visto mas que el cielo absolutamente despejado, sin una sola nube. Me he cansado de estar estático en medio del mar, porque supone un movimiento constante de todos los músculos de las piernas y he decido, pase lo que pase, salir hasta la orilla. El violento hacia un dibujo en el suelo de la playa con un palo, la persona golpeada, que según me acercaba descubría que efectivamente era una mujer, estaba quieta, con los brazos en una posición indefinida. Me han visto venir., se han acercado un poco mas hasta la orilla, han metido un poco los pies en el mar, me miraban sonriendo. Según me acercaba he empezado a oir sus voces diciendo, ambos, repetidamente:"Por fin". He salido muy cerca de donde estaban, ellos sonreían y no dejaban de decir "Por fin". He salido, me han abrazado. El hombre se ha arrodillado sin dejar de decir el obsesivo "por fin", la mujer simplemente me miraba y me acariciaba con gesto casi maternal. Ella de repente ha mirado arriba y ha dicho:"Divina providencia". Me he sentido acosado, violento, no dejaban de tocarme, de mirarme, de sonreirme, de reducir mi espacio. EL hombre de repente me ha abrazado las piernas, entonces, sin darme cuenta le he dado una patada y he dicho con voz seca:"Déjeme en paz", el otro ha rodado un poco por el suelo, la mujer, ha gritado asustada y por puro impulso me ha dado un golpe rotundo en la mejilla. He salido corriendo por la playa, el hombre ha cogido el palo con el que hacía el dibujo y me ha perseguido. He corrido a ritmo endiablado, he llegado a la altura del pueblo, ya no había nadie trabajando donde las barcas, he pasado al lado del puesto donde un rato antes había desayunado, el hombre me seguía y ha empezado a gritar: "Es el". Unos hombres de una furgontea han salido y me han cogido. Es así como he terminado aquí, agente. No tengo ni idea de todo eso que usted me está preguntando. No se ha que se refiere con "el movimiento de la sombra" y sus oscuras intenciones.

1 comentario:

stel dijo...

Habrá continuación???

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