lunes, marzo 03, 2008

Otra mañana mas

Empezar otra vez para saberse derrotado, para saberse fracasado cuando se llegue al fin. Arrancar por los mismos senderos, las mismas rutas y saber que no habrá nada distinto sino que será una repetición de lo anterior, de lo que ya se intentó anteriormente. Estar aquí otra vez, como tantas veces, con la devoción de siempre, con el fuego interior, porque en el fondo no es mas que un fuego, una llama que quema y empuja a correr, y las teclas son la via de fuga, la escalera de incendios por donde se escapa. Otra vez, como siempre, repitiendo el gesto, repitiendo el intento, repitiendo el boceto y nada es nuevo, en el fondo nada es nuevo. Tantos intentos que no han servido de nada salvo para correr, para escapar del fuego que arde. Y nos vamos salvando, al final al menos, aunque con el fuego pegado a la espalda, siempre pegado a la espalda, se logra ir huyendo, pero no hay mas que eso, que la urgencia de salvarse, de resto no hay mas, no hay nada detrás de esto. Son las mismas palabras, palabras hueco. Y sin embargo me lo pregunto, si me lo planteo, que es lo que lleva a alguien a darle a estas teclas cada mañana, un acto casi repititivo, obediente. Que lleva a alguien a eso. Es el fuego, el fuego y la hoguera.... Y ahora mientras tecleo eso, sé que anoche soñe con una hoguera, lo acabo de recordar, me ha venido esa imagen, de repente. Me ha llegado clara, lo acabo de recordar mientras tecleo esto, mientras con los dedos voy golpeando y formando la palabras fuego y hoguera. Estabamos en un pueblo en medio de España y era de noche, una noche fresca de verano y estabamos en la plaza de ese pueblo y había una hoguera, una inmensa hoguera y la observabamos con el placer con el que solo se contempla el fuego. Eso soñé anoche y quizá por eso luego, sin ser consciente, ha venido la metafora del fuego. Quizá solo por eso, por esos descubrimientos, por estos juegos, quizá por este placer, por teclear fuego y luego recordar que anoche soñé fuego y sospechar que entre el sueño y las teclas hay una conexión que yo no dirijo o que no gobierno conscientemente, sino que son actos que se superponen ajenos a mi conciencia,quisá por eso acuda aquí cada mañana. De resto, esto siempre es prescindible. Estos textos podrían ir en esa hoguera, lo demás no es mas que un juego.

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