miércoles, marzo 05, 2008

Catálogo de bandas inexistentes según Sorel. Vol 1

Sorel tenía en su haber un catalogo casi infinito de bandas de las que el inventaba el nombre y a las que agregaba una pequeña reseña describiendo su estilo. Según Sorel siempre le había gustado ese juego, ese disparo de la imaginación que hay cuando se escucha el nombre de un grupo del que alguien habla o te recomiendan. "En ese instante, en el instante preciso que alguien dice, por ejemplo, Yo la tengo a uno le viene un estilo, un camino por donde tu imaginación a partir de ese nombre sospecha que debe ir la música de ese grupo que tu en ese instante, jamás has escuchado. A partir de ahí me propuse el juego de inventarme nombres y definir el grupo de acuerdo a ese nombre inventado"


.- Desafortunados: Banda de rock protesta, letras reivindicativas y dureza en sus asperos riffs de guitarra. Se mueven en ese terreno muy explotado en los locales de ensayo pero poco habitual en las listas de ventas. Música como forma de diversion pero una diversión entendida como drenaje de los problemas sociales, una diversión terapeutica en donde se habla de los problemas de vivienda, el paro o la manipulación de los medios de una manera directa, tan directa como sus ritmos contundentes y marciales de su batería.

.- Etereos: El grupo etereo nace a principio de los noventa. Su cantante había viajado varios años por Africa y luego por India. Forma la banda con la sana intención de recrear esa espiritualidad que siente la ha invadido en sus viajes y esa necesidad de trasmitir esa energia en un mundo en el que lo espiritual y lo etereo han perdido su presencia. COnjungan ritmos africanos y melodías del mundo arabe con una voz aguda y casi trasparente que juguetean con atmósferas de aire hindú. Música que se mueve entre la fragil y casi invisible frontera de lo religioso y lo ceremonioso. Letras que hablan de la lentitud y de lo sublime, del optimismo como forma de vida y de la necesidad de unirnos a energias superiores para transitar por el mundo de los hombres.

.- Olímpicos eléctricos: El Pop gamberro y sin prejuicios de Olímpicos eléctricos tiene su base en unos juegos de voces fantásticos, un uso respetuoso del teclado Casio y unos ritmos de baterias pre-programados que se entrelazan con unas guitarras siempre ritmicas, de acordes sutiles y sencillos, unos bajos lineales y básicos en el sonido de esta banda y un claviocordio que es lo que termina de definir ese sonido único y con una personalidad dificil de encontrar en la escena del Pop underground de principios de siglo. Música naif y adulta a la vez, moviendose entre Belle and sebastian y Pet Shop Boys, pasando por ciertos ecos de Kraftwere y rozando a ratos a los depeche mode primitivos. Sin embargo su terreno, su zona grande, donde alcanzan su cima artistica es un sus temas mas bailables, donde recurren a su cultura post punk para difuminarse con el Funk mas urbano y alcanzar ritmos frenéticos y obsesivos.

.- Los nuevos viejos invisibles: Estos chicos saben mucho de música, su cultura es amplia y además tienen buen gusto. POdrían funcionar perfectamente como banda sonora de un hipotético nuevo Alfred Hitchcock. Así su música recuerda a Bernard Hermann pasado por el filtro del jazz y cierta electrónica sutil, la electrónica como medio, no como fin. Canciones intrumentales, de varios pasajes. Si algo tienen los nuevos viejos invisibles es que no se acomodan a un compas y lo repiten. Ellos creen en la canción como medio de narración, donde los acontecimientos van pasando de uno a otro con un fondo común pero no repititivo. Sus conciertos son especiales. Proyectan imágenes, casi siempre en blanco y negro y ellos van acompñando lo que el espectador ve en esas proyecciones. El contrabajo deslizandose por lineas delicadas, la guitarra con esa reverb que evoca otras épocas, otros tiempos, moviendose por escalas entre el jazz y la música de cámara, organos hamond soltando notas y colchones que sostienen la atmosfera de los temas y una bateria elevandose y elevando todo entre los efluvios de unos platos aereos. Lo dicho, si Hitchcock hciera cine ahora, no sería extraño ver la pesadilla de James Stewart en Vértigo musicalizada por Los Nuevos viejos invisibles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué, ¿pensando en nombres de grupos...?


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