miércoles, marzo 12, 2008

Encuentros en la sala

La primera vez que coincidimos creo que fue en "Nadie sabe". Era una tarde de verano y había poca gente en la sala, el tipo se había sentado relativamente cerca de mi butaca y me fijé en él porque parecía estar algo deprimido. Salimos casi a la vez de la sala, cuando yas habían terminado los títulos de crédito, el iba delante y yo detrás, en la calle no me fijé mas en él. La segunda la recuerdo claramente, fue en "Paradise Now". Evidentemente me dí cuenta que era él porque le recordaba de la vez anterior. Ambos, de nuevo, ibamos solos y me sorprendió que coincidieramos en tan poco tiempo en el cine. La tercera fue en "Codigo 46", la cuarta en "La pesadilla de Darwin" y ahí comencé a sospechar que algo raro sucedía. En pocas semanas había coincidido hasta cuatro veces con el individuo melancólico en la sala del cine, a la misma hora, en butacas muy cercanas, en dias de la semana diferentes. Porque inicialmente pensé que podía haber uhna coincidencia en el dia. Por ejemplo el tipo podría ser que fuera todos los martes al cine, a la misma sesión, la de las cuatro, pero no. En este caso cada película fue vista en dias diferentes. "Nadie sabe" fue un jueves a las seis y cuarto y paradise now un domingo, lo recuerdo porque el cine estaba mucho mas lleno, "Codigo 46" fue un lunes a las cuatro. Mi primera teoria se venía abajo. En la quinta "Danny the dog" comencé a saber si le había gustado o no, cosa que en Danny the dog sospeché con cierta facilidad, el tipo se levantó antes del los títulos de crédito y normalmente esparaba a verlos hasta el último fotograma. En "Sin city" pensé que en realidad era un tipo que iba muchísimo a ese cine y de ahí que no fuera tan dificil encontrarse con él, pero caí en la cuenta que también cada película había sido en un cine diferente y pensé que aquello estaba tomando tintes mas bien extraños, mas bien retorcidos o confusos. Que en el fondo había algo que me estaba superando y me sentía incapaz de descubrirlo. Pensé acercarme a él, preguntarle pero pensé que sería absurdo y que incluso podría ser tomado por un loco. Seguí acudiendo frecuentemente al cine. "El secreto de los hermanos Grimm" no le gustó, pero mi paranoia creció considerablemente. Cada vez que iba al cine, ahí estaba él. La lista fue cada vez mas larga, pelicula tras pelicula, siempre estaba ahí, en la misma sala, a la misma hora. una especie de eco, un eco que salía de mi o de mi yo cinefilo y que se proyectaba extrañamente cerca. Un tipo que decidia a la vez que yo y que tenía los mismos ratos libres para ir al cine. Sospeché o imaginé o mi paranoia creció tanto que comencé a pensar que también su vida era una repitición de la mia o que mas bien la mia era una repitición de la suya y que todo era una especie de juego de espejos. Imaginé tambien que yo no era libre y que mi decisión de ir al cine estaba gobernada por la suya, que simplemente yo era un muñeco de su decisión, que si el pensaba "Hoy voy al cine" a mi eso me afectaba sin yo poder remediarlo. "Una historia de violencia" nos gustó a los dos, pero fue en esa donde decidí que al dia siguiente iría con alguien, si tan solo dejaba pasar un dia y acudía con alguien las cosas se verían afectadas. Evidentemente al ir con Laura a ver "La vida secreta de las palabras" él no estaba. La cosa solo se cumplía si iba solo. No le conté nada a Laura, no se lo conté nunca a nadie o no en aquel momento. Al dia siguiente volví solo, vimos muy cerca el uno del otro "Flores rotas". Concluí entonces que el misterio solo sucedía si iba solo al cine. La secuencia de peliculas en las que coincidimos es larga, tan larga como las peliculas que he visto desde el 2005 hasta ahora en el cine. Ahora vemos, se esta proyectando "There will be blood" o ese título telenovelero con el que la han traducido "pozos de ambición". Lo tengo decidido, terminará la pelicula y le perseguiré, sacaré toda la información, si tengo que forzarle lo haré, pero tiene que saber que se acabó, que ya está bien, que no puedo mas. Que deje de torturarme, le seguiré hasta su casa, sabré de donde viene y acabaré para siempre con esta pesadilla. Corren los títulos de crédito, se encienden las luces, coge su abrigo, se levanta, le sigo. Caminamos uno detrás de otro por Plaza de España, coge la cuesta de San Vicente, camina con cierta velocidad. Llega hasta Principe Pio, coge el tren, el tren avanza hacía la sierra, dejamos Madrid atrás, se baja en Cercedilla. Subo trás él por una cuesta empinada, es de noche y apenas distingo nada, camina por la oscuridad, entra en un camino que atraviesa la montaña,sube, sube, trató de no hacer ruido. Se da la vuelta, enciende una linterna, me mira, me mira nervioso y no habla. Quiero o bien correr o gritar o desear que todo esto se acabe. El hombre mantiene la mirada y casi llorando me dice:"Por favor, dejame ya. ¿Que quieres de mi?, déjame ya te lo suplico" y comprendo que es aquí donde deberían aparecer los títulos de crédito.

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